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ALIMENTO DIARIO
«Con mis labios le pedí ayuda; con mi lengua exalté su nombre. Si mi corazón se hubiera fijado en la maldad, el Señor no me habría escuchado. Pero lo cierto es que Dios me escuchó y atendió a la voz de mi súplica. ¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni me escatimó su misericordia!» Salmo 66:17-20
«Pero lejos esté de mí el jactarme, a no ser en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.» Gálatas 6:14
«Me asombra que tan pronto se hayan alejado ustedes del que los llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición.» Gálatas 1:6-8
«Pero José les respondió: ‘No tengan miedo. ¿Acaso estoy en lugar de Dios? Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios cambió todo para bien, para hacer lo que hoy vemos, que es darle vida a mucha gente. Así que no tengan miedo. Yo les daré de comer a ustedes y a sus hijos.’ Y los consoló, pues les habló con mucho cariño.» Génesis 50:19-21
«¡Bendice, alma mía, al Señor! ¡Bendiga todo mi ser su santo nombre! ¡Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de sus bendiciones! El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias. El Señor te rescata de la muerte, y te colma de favores y de su misericordia. El Señor te sacia con los mejores alimentos para que renueves tus fuerzas, como el águila.» Salmo 103:1-5
«‘Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido; con dificultad oyen con los oídos, y han cerrado sus ojos; no sea que con sus ojos vean, y con sus oídos oigan, y con su corazón entiendan Y se vuelvan a mí, Y yo los sane.’ Pero dichosos los ojos de ustedes, porque ven; y los oídos de ustedes, porque oyen.» Mateo 13:15-16
«Que obedezcan y que estén dispuestos a toda buena obra. Que no difamen a nadie ni sean pendencieros, sino amables; que muestren toda mansedumbre para con todos los hombres… Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó… El cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador.» Tito 3:1c-2; 4-5a; 6
«Tú no guardas el enojo todo el tiempo, porque te deleitas en la misericordia. Tú volverás a tener misericordia de nosotros, sepultarás nuestras iniquidades, y arrojarás al mar profundo todos nuestros pecados.» Miqueas 7:18b-19
«Por sobre todas las cosas, ámense intensamente los unos a los otros, porque el amor cubre infinidad de pecados. Bríndense mutuo hospedaje, pero no lo hagan a regañadientes. Ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya recibido, y sea un buen administrador de la gracia de Dios en sus diferentes manifestaciones.» 1 Pedro 4:8-10
«No juzguen, para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que ustedes juzgan, serán juzgados; y con la medida con que miden, serán medidos. ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no miras la viga que está en tu propio ojo?… Cuando Jesús terminó de hablar, la gente se admiraba de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.» Mateo 7:1-3; 28-29