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ALIMENTO DIARIO
«Y ustedes también, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepte por medio de Jesucristo. Por eso dice la Escritura: ‘¡Miren! Yo pongo en Sión la principal piedra angular, escogida y preciosa; y el que crea en ella no será avergonzado.'» 1 Pedro 2:5-6
«El que es magnánimo, prospera; el que sacia a otros, será saciado. Al que acapara el trigo, el pueblo lo maldice, pero bendice al que lo vende. El que procura el bien, es bien favorecido; al que procura el mal, el mal le sobreviene… El fruto del justo es árbol de vida; el que arrebata la vida no es sabio.» Proverbios 11:25-27; 30
«Vengan a ver las obras de Dios, sus hechos sorprendentes en favor de los hombres.» Salmo 66:5
«A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los no judíos, y que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. Nosotros anunciamos a Cristo, y amonestamos y enseñamos a todo el mundo en toda sabiduría, a fin de presentar perfecta en Cristo Jesús a toda la humanidad.» Colosenses 1:27-28
«Dios mío, ¡ten misericordia de nosotros, y bendícenos! ¡Haz resplandecer tu rostro sobre nosotros! ¡Que sea reconocido en la tierra tu camino, y en todas las naciones tu salvación!» Salmo 67:1-2
«En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. Así también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Pero ¿cómo puede habitar el amor de Dios en aquel que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano pasar necesidad, y le cierra su corazón? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.» 1 Juan 3:16-18
«El que antes robaba, que no vuelva a robar; al contrario, que trabaje y use sus manos para el bien, a fin de que pueda compartir algo con quien tenga alguna necesidad. No pronuncien ustedes ninguna palabra obscena, sino sólo aquellas que contribuyan a la necesaria edificación y que sean de bendición para los oyentes.» Efesios 4:28-29
«Te alabaré de todo corazón, y ante todos los dioses te cantaré salmos… Cuando te llamé, me respondiste, y mi alma desfallecida se llenó de vigor. Señor, ¡que todos los reyes de la tierra te alaben al escuchar tu palabra! ¡Qué alaben tus caminos, Señor, porque grande, Señor, es tu gloria! Tú, Señor, estás en las alturas, pero te dignas atender a los humildes; en cambio, te mantienes alejado de los orgullosos.» Salmo 138:1; 3-6
«Cuando coseches tu trigo, no siegues hasta el último rincón de tu campo, ni espigues la parte segada. No rebusques tu viña, ni recojas las uvas que se te caigan; déjalas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor tu Dios… No seas injusto en el juicio. No favorezcas al pobre ni complazcas al poderoso. Trata a tu prójimo con justicia… No abrigues en tu corazón odio contra tu hermano. Razona con tu prójimo, para que no te hagas cómplice de su pecado. No te vengues, ni guardes rencor contra los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.» Levítico 19:9-10; 15; 17-18
«Dichoso aquél cuyo pecado es perdonado, y cuya maldad queda absuelta. Dichoso aquél a quien el Señor ya no acusa de impiedad, y en el que no hay engaño… Te confesé mi pecado; no oculté mi maldad. Me dije: ‘Confesaré al Señor mi rebeldía’, y tú perdonaste la maldad de mi pecado.» Salmo 32:1-2; 5