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ALIMENTO DIARIO
Uno de la multitud le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia.» Pero Jesús le dijo: «Hombre, ¿quién me ha puesto como juez o mediador entre ustedes?» Lucas 12:13-14
Puesto que ustedes ya han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios… Porque ustedes ya han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria. Por lo tanto, hagan morir en ustedes todo lo que sea terrenal: inmoralidad sexual, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia. Eso es idolatría… También ustedes practicaron estas cosas en otro tiempo, cuando vivían en ellas. Pero ahora deben abandonar también la ira, el enojo, la malicia, la blasfemia y las conversaciones obscenas. No se mientan los unos a los otros, pues ya ustedes se han despojado de la vieja naturaleza y de sus hechos, y se han revestido de la nueva naturaleza, la naturaleza del nuevo hombre, que se va renovando a imagen del que lo creó hasta el pleno conocimiento. Colosenses 3:1, 3-5, 7-10
¡Vanidad de vanidades! ¡Vanidad de vanidades! ¡Todo es vanidad!… Yo soy el Predicador, y reiné sobre Israel en Jerusalén. Me entregué de corazón a investigar y a estudiar minuciosamente todo lo que se hace bajo el cielo. Este penoso trabajo nos lo ha dado Dios, para que nos ocupemos de él. Por lo tanto, escudriñé todo lo que se hace bajo el sol, y pude darme cuenta de que todo es vanidad y aflicción de espíritu… Aborrecí también el haber trabajado tanto bajo el sol, pues todo lo que hice tendré que dejárselo a otro que vendrá después de mí. ¿Y cómo saber si será sabio o necio el que se quedará con todos mis trabajos y afanes, a los que tanto trabajo y sabiduría dediqué bajo el sol? ¡También esto es vanidad!… ¿Qué saca uno de tanto trabajar y fatigarse y afanarse bajo el sol? ¡Todo el tiempo es de dolores, trabajos y molestias! ¡Ni siquiera de noche encuentra uno reposo! ¡Y esto es también vanidad! Eclesiastés 1:2, 12-14; 2:18-19, 22-23
Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo, y de él somos. Somos su pueblo. ¡Somos las ovejas de su prado! Entremos por sus puertas y por sus atrios con alabanzas y con acción de gracias; ¡Alabémosle, bendigamos su nombre! Salmo 100:3-4
Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven. No esperes a que vengan los días malos, y a que lleguen los años en que digas: «Vivir tanto no es motivo de regocijo.» Eclesiastés 12:1
En cierta ocasión, Jesús estaba orando en un lugar y, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos.» Jesús les dijo: «Cuando ustedes oren, digan: «Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino… ¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, en lugar del pescado le da una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le da un escorpión? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!» Lucas 11:1-2, 11-13
Por tanto, vivan en el Señor Jesucristo de la manera que lo recibieron: arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe y rebosantes de acciones de gracias, que es como fueron enseñados. Cuídense de que nadie los engañe mediante filosofías y huecas sutilezas, que siguen tradiciones humanas y principios de este mundo, pero que no van de acuerdo con Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y en él, que es la cabeza de toda autoridad y poder, ustedes reciben esa plenitud… Cuando ustedes fueron bautizados, fueron también sepultados con él, pero al mismo tiempo resucitaron con él, por la fe en el poder de Dios, que lo levantó de los muertos. Antes, ustedes estaban muertos en sus pecados; aún no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa. Pero ahora, Dios les ha dado vida juntamente con él, y les ha perdonado todos sus pecados. Ha anulado el acta de los decretos que había contra nosotros y que nos era adversa; la quitó de en medio y la clavó en la cruz. Colosenses 2:6-10, 12-14
Entonces el Señor dijo: «¿Acaso voy a ocultarle a Abrahán lo que voy a hacer? ¡Si Abrahán va a ser una nación grande y fuerte, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra!… Y se acercó Abrahán y le dijo: «¿Acaso vas a destruir al justo con el injusto? Tal vez haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Acaso destruirás ese lugar, y no lo perdonarás por los cincuenta justos que estén allí adentro? ¡Lejos sea de ti hacer morir al justo con el impío, y tratar al justo como al impío! ¡Jamás hagas tal cosa! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no debe hacer lo que es justo?» El Señor respondió: «Si dentro de la ciudad de Sodoma encuentro a cincuenta justos, por ellos perdonaré a todos los que estén allí.» Abrahán replicó y dijo: «Aquí estoy ahora, atreviéndome a hablar con mi Señor, aunque sólo soy polvo y ceniza. Pero tal vez falten cinco justos para completar los cincuenta; ¿por faltar esos cinco destruirás toda la ciudad?» Y el Señor dijo: «No la destruiré, si encuentro sólo cuarenta y cinco.» Abrahán volvió a hablarle, y dijo: «Tal vez sólo se hallen cuarenta…» Y el Señor respondió: «Aun por esos cuarenta no lo haré.» Abrahán insistió: «Espero que mi Señor no se enoje, si sigo hablando; pero tal vez sólo se encuentren treinta…» Y el Señor respondió: «Aun si encuentro treinta, no lo haré.» Abrahán dijo: «Aquí estoy ahora, atreviéndome a hablar con mi Señor; tal vez sólo se encuentren veinte…» Y el Señor contestó: «Aun por esos veinte, no la destruiré.» Pero Abrahán volvió a decir: «Espero que mi Señor no se enoje si hablo una vez más; pero tal vez se encuentren sólo diez…» Y el Señor respondió: «Aun por esos diez, no la destruiré.» Génesis 18:17-18, 23-32
Te alabaré de todo corazón, y ante todos los dioses te cantaré salmos. De rodillas, y en dirección a tu santo templo, alabaré tu nombre por tu misericordia y fidelidad, por la grandeza de tu nombre y porque tu palabra está por encima de todo. Salmo 138:1-2
Todo lo que te venga a la mano hacer, hazlo según tus fuerzas. En el sepulcro, que es adonde vas, no hay obras ni proyectos, ni conocimiento ni sabiduría. (Eclesiastés 9:10)