
"UNA ESPADA"

Simeón los bendijo, y a María, la madre del niño, le dijo: «Tu hijo ha venido para que muchos en Israel caigan o se levanten. Será una señal que muchos rechazarán y que pondrá de manifiesto el pensamiento de muchos corazones, aunque a ti te traspasará el alma como una espada.» Lucas 2:34-35
"Te traspasará el alma como una espada". Y así habría de ser. Treinta y tantos años después, María miraba a su querido hijo Jesús colgando en una cruz, sufriendo las burlas y el odio de quienes lo veían. Seguramente María habría preferido que una espada de verdad le atravesara el corazón, en vez de tener que ver morir así a su hijo Jesús.
Pero ese día se quedó escuchando a Simeón. ¿Habrá tenido alguna idea de lo que le esperaba? Tal vez sí. Como mujer judía practicante, habría escuchado las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías. Pasajes como Isaías 53:3: "... Será el hombre más sufrido, el más experimentado en el sufrimiento...", y el Salmo 22:15: "... me has lanzado al polvo de la muerte...", no serían fáciles de escuchar. De sólo pensar en el futuro, a veces se habrá estremecido y abrazado fuerte a su hijo.
María no quería ver morir a Jesús. Pero Jesús, el Dios encarnado, no quería ver morir a María... o a cualquiera de nosotros. Él nos ama y quiere que vivamos ahora y para siempre.
Y por eso aceptó no una espada en el alma, sino una lanza en el costado (Juan 19:34). Por su propia voluntad Jesús fue a la muerte en nuestro lugar, para volvernos a comprar de la muerte. Fuimos "el gozo que le esperaba" (Hebreos 12:2), lo que hizo que todo el sufrimiento valiera la pena. Y luego resucitó de entre los muertos para nunca más morir. No más espadas en el alma, no más lanzas en el costado. Sólo vida, gozo y amor para siempre.
ORACIÓN: Señor, cuando sientas que hay una espada en mi alma, reconfórtame y fortaléceme en Ti. Amén.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN:
¿Qué te preocupa del futuro?
¿Alguna vez has elegido sufrir para evitar el dolor de alguien?
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