
"Realmente perverso"

"Al percibir el Señor ese grato olor, dijo en su corazón: 'No volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, porque desde su juventud las intenciones del corazón del hombre son malas. Y tampoco volveré a destruir a todo ser vivo, como lo he hecho." Génesis 8:21
La intención del ser humano es perversa desde su juventud.
Cuando el Señor le dijo eso a Noé, sabía de qué estaba hablando. Como prueba de ello, les voy a contar acerca del crimen que sucedió en un restaurante en el estado de Nueva York.
Ese restaurante tiene también un lugar para jugar al bowling, pero sucedía que el bowling estaba cerrado por reparaciones. En algún momento durante esos días, alguien entró a robar, a pesar de las puertas con candados, de las cámaras de seguridad, y de las alarmas.
Lo interesante de este robo es que lo único que los ladrones se llevaron fueron bolas de bowling. Pero no se llevaron una, o cinco, o diez, sino que se llevaron 150.
¿Qué irán a hacer con 150 bolas de bowling? Más aún, ¿para qué robar bolas de bowling, con lo pesadas que son y el lugar que ocupan, si además no son tan caras? Para venderlas no va a ser, y para uso personal el número es un poco exagerado. Realmente no los entiendo.
Indudablemente, la intención del ser humano es perversa desde su juventud.
Ni usted ni yo robamos bolas de bowling, pero nuestros corazones también tienen defectos e imperfecciones. Sabiendo que somos incapaces de cambiar lo que forma parte de nuestro ser, Jesús vino a nuestro mundo para sanarnos. Por su vida sin pecado, su muerte inocente, y su gloriosa resurrección, somos salvos.
En términos no teológicos, el Espíritu Santo nos ha hecho un "trasplante de corazón".
ORACIÓN: Querido Padre, reconozco que soy pecador, y que por mí mismo no puedo cambiar. Te doy gracias por haber enviado a Jesús al mundo a crear un corazón nuevo dentro de mí. Ayúdame a mostrar a quienes me rodean cómo me has transformado. En el nombre de Jesús. Amén.
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