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ALIMENTO DIARIO
 
			        El Dios eterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos (Deuteronomio 33:27a NVI).
 
			        La copa de bendición por la cual damos gracias, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? (1 Corintios 10:16).
 
			        Porque en el evangelio se revela la justicia de Dios, que de principio a fin es por medio de la fe, tal como está escrito: ‘El justo por la fe vivirá’ (Romanos 1:17).
 
			        Jesús se levantó y reprendió al viento, y dijo a las aguas: ‘¡Silencio! ¡A callar!’ Y el viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo (Marcos 4:39).
 
			        Porque todo el que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido» (Lucas 14:11).
 
			        Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, sino que todos ustedes son uno en Cristo Jesús (Gálatas 3:28).
 
			        Hay un solo pan, del cual todos participamos; por eso, aunque somos muchos, conformamos un solo cuerpo (1 Corintios 10:17).
 
			        Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos, para perdón de los pecados (Mateo 26:28).
 
			        Él, por medio de una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los santificados (Hebreos 10:14).
 
			        Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que se vea que la excelencia del poder es de Dios, y no de nosotros (2 Corintios 4:7).