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ALIMENTO DIARIO
Les hablo asĂ, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. MĂĄs bien sĂrvanse unos a otros con amor. En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prĂłjimo como a ti mismo.» GĂĄlatas 5:13-15ÂȘ
Yo mismo, hermanos, cuando fui a anunciarles el testimonio de Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabidurĂa. Me propuse mĂĄs bien, estando entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de Ă©ste crucificado. 1 Corintios 2:1-2
«Pidan, y se les darå; busquen, y encontrarån; llamen, y se les abrirå. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.» Mateo 7:7-8
Pero Pedro y Juan replicaron: «¿Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en vez de obedecerlo a Ă©l? ÂĄJĂșzguenlo ustedes mismos! Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oĂdo. Hechos 4:19-20
Pero si vivimos en la luz, asà como él estå en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:7
Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrĂĄ sus propios afanes. Cada dĂa tiene ya sus problemas. Mateo 6:34
Los lazos de la muerte me rodearon, y los terrores del Seol (infierno) vinieron sobre mĂ; angustia y tristeza encontrĂ©. InvoquĂ© entonces el nombre del Señor, diciendo: Te ruego, oh Señor: salva mi vida. Clemente y justo es el Señor; sĂ, compasivo es nuestro Dios. El Señor guarda a los sencillos; estaba yo postrado y me salvĂł. Salmo 116:3-6 (LBLA) Los lazos de la muerte me enredaron; me sorprendiĂł la angustia del sepulcro, y caĂ en la ansiedad y la aflicciĂłn. Entonces clamĂ© al Señor: «¥Te ruego, Señor, que me salves la vida!» El Señor es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura. El Señor protege a la gente sencilla; estaba yo muy dĂ©bil, y Ă©l me salvĂł. Salmo 116:3-6
El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios. 1 Corintios 1:18
No es que esté dåndoles órdenes, sino que quiero probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demås. 2 Corintios 8:8