"Tiempo para orar"

Señor de los ejércitos, ¡cuán grato es habitar en tu templo! ¡Mi alma anhela ardientemente estar, Señor, en tus atrios! ¡A ti, Dios de la vida, elevan su canto mi corazón y todo mi ser! Hasta los gorriones y las golondrinas hallan dónde anidar a sus polluelos: ¡cerca de tus altares, Señor de los ejércitos, rey mío y Dios mío! ¡Cuán felices son los que habitan en tu templo! ¡Todo el tiempo te cantan alabanzas! Salmo 84:1-4

"La muerte que trae alegría"

Porque si nos hemos unido a Cristo en su muerte, así también nos uniremos a él en su resurrección. Romanos 6:5

"La victoria ya es nuestra"

Mi corazón está dispuesto, Dios mío; quiero cantar salmos en tu honor. ¡Despierten, salterio y arpa, que voy a despertar al nuevo día! Yo, Señor, te alabaré entre los pueblos; te cantaré salmos entre las naciones, pues tu bondad es más grande que los cielos; ¡hasta las nubes llega tu verdad! Tú, mi Dios, estás por encima de los cielos; ¡tu gloria domina toda la tierra! ¡Sálvanos con tu diestra! ¡Respóndenos! ¡Así se salvará tu pueblo amado! Salmo 108:1-6

"Trabajando con amor"

Los caminos del hombre están ante el Señor, y él pone a consideración todas sus veredas. Proverbios 5:21

"¿Dios nos perdona?"

Dios, nuestro Salvador, quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen a conocer la verdad. 1 Timoteo 2:4

"Cristo llena nuestro corazón"

Al de corazón sabio se le llama prudente; los labios amables aumentan el saber. Proverbios 16:21

"¿Dónde se encuentra la paz?"

Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo. Juan 16:33

"Guiado y perdonado por Dios"

Tu palabra es una lámpara a mis pies; ¡es la luz que ilumina mi camino! Salmo 119:105

"Demostración de amor"

El que tiene mis mandamientos, y los obedece, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo lo amaré, y me manifestaré a él. Juan 14:21

"Seguridad para el presente y el futuro"

Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor. Romanos 8:38-39