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ALIMENTO DIARIO
… le rogaron al escriba Esdras que llevara el libro de la ley de Moisés, que el Señor le había dado al pueblo de Israel. Y es que la lectura de la ley se hacía con mucha claridad, y se recalcaba todo el sentido, de modo que el pueblo pudiera entender lo que escuchaba… Como todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley, el gobernador Nehemías, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas que explicaban al pueblo el sentido de la ley, dijeron: «Este día está consagrado al Señor, nuestro Dios. No hay razón para que lloren y se pongan tristes.» También dijeron: «Vayan y coman bien, y tomen un buen vino, pero compartan todo con los que nada tienen. Éste día está consagrado a nuestro Señor, así que no estén tristes. El gozo del Señor es nuestra fuerza.» Nehemías 8:1, 8-10
¿Quién puede discernir sus propios errores? Absuélveme de los que me son ocultos. Guarda también a tu siervo de pecados de soberbia; que no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro, y seré absuelto de gran transgresión. Salmo 19:12-13 (LBLA)
El Señor no se tarda para cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que nos tiene
paciencia y no quiere que ninguno se pierda, sino que todos se vuelvan a él. 2 Pedro 3:9
Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea; y allí estaba la madre de Jesús. También Jesús y sus discípulos fueron invitados a la boda. Cuando se terminó el vino, la madre de Jesús le dijo: «Ya no tienen vino.» Jesús le dijo: «¿Qué tienes conmigo, mujer? Mi hora aún no ha llegado.» Su madre dijo a los que servían: «Hagan todo lo que él les diga.» (Juan 2:1-5)
Ustedes saben que, cuando no eran creyentes, eran arrastrados hacia los ídolos mudos. (1 Corintios 12:2)
Por causa de Sion y de Jerusalén no callaré ni descansaré, hasta que su justicia brille como la aurora y su salvación alumbre como una antorcha. Entonces las naciones verán tu justicia; todos los reyes contemplarán tu gloria. Entonces recibirás un nombre nuevo, que el Señor mismo te pondrá. En la mano del Señor serás una hermosa corona; en la mano de tu Dios serás una regia diadema. (Isaías 62:1-3)
¡Dichosos todos los que honran al Señor! ¡Dichosos los que van por sus caminos! ¡Dichoso serás, y te irá bien, cuando te alimentes del fruto de tu trabajo! (Salmo 128:1-2)
Sean prudentes y manténganse atentos, porque su enemigo es el diablo, y él anda como un león rugiente, buscando a quien devorar. (1 Pedro 5:8)
Como el pueblo estaba expectante y todos se preguntaban si acaso Juan sería el Cristo, Juan les dijo a todos: «A decir verdad, yo los bautizo en agua, pero después de mí viene uno que es más poderoso que yo, y de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él los bautizará en Espíritu Santo y fuego. Ya tiene el bieldo en la mano, de modo que limpiará su era; recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.» Con exhortaciones como éstas, y con muchas otras,
anunciaba al pueblo estas buenas noticias. (Lucas 3:15-18)
Porque el que ha muerto, ha sido liberado del pecado. Así que, si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él. Sabemos que Cristo resucitó y que no volverá a morir, pues la muerte ya no tiene poder sobre él. Porque en cuanto a su muerte, murió al pecado de una vez y para siempre; pero en cuanto a su vida, vive para Dios. Así también ustedes, considérense muertos al pecado pero vivos para Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor. (Romanos 6:7-11)