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ALIMENTO DIARIO
Cuando terminaron los días de su ministerio, Zacarías se fue a su casa. Días después, su esposa Elisabet quedó encinta y se recluyó en su casa durante cinco meses, pues decía: «El Señor ha actuado así conmigo para que ya no tenga nada de qué avergonzarme ante nadie». (Lucas 1:23-25)
El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, y estoy en presencia de Dios. He sido enviado a hablar contigo para comunicarte estas buenas noticias. Pero como no has creído mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo, ahora vas a quedarte mudo, y no podrás hablar hasta el día en que esto suceda». (Lucas 1:19-20)
En eso, un ángel del Señor se le apareció a Zacarías… Cuando Zacarías lo vio, se desconcertó y le sobrevino un gran temor; pero el ángel le dijo: «Zacarías, no tengas miedo, porque tu oración ha sido escuchada. Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y tú le pondrás por nombre Juan. Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento, pues ante Dios será un hombre muy importante… Zacarías le preguntó al ángel: «¿Y cómo voy a saber que esto será así? ¡Yo estoy ya muy viejo, y mi esposa es de edad avanzada!» (Lucas 1: 11a, 12-15a, 18)
En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías, cuya esposa, Elisabet, era descendiente de Aarón. Ambos eran íntegros delante de Dios y obedecían de manera irreprensible todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijos, porque Elisabet era estéril y los dos eran ya muy ancianos. (Lucas 1:5-7)
Tú, Belén Efrata, eres pequeña para estar entre las familias de Judá; pero de ti me saldrá el que será Señor en Israel. Sus orígenes se remontan al principio mismo, a los días de la eternidad. (Miqueas 5:2)
Una vara saldrá del tronco de Isaí; un vástago retoñará de sus raíces. (Isaías 11:1)
Porque un niño nos ha nacido, ¡un hijo nos ha sido concedido! Sobre sus hombros llevará el principado, y su nombre será «Consejero admirable», «Dios fuerte», «Padre Eterno» y «Príncipe de paz». La extensión de su imperio y la paz en él no tendrán límite. (Isaías 9:6-7a)
Pues ahora el Señor mismo les dará una señal: La joven concebirá, y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel. (Isaías 7:14)
Yo te prometo que te haré descansar de tus enemigos, y te aseguro que tendrás muchos descendientes. Cuando te llegue el momento de ir a descansar con tus padres, yo elegiré a uno de tus propios hijos y afirmaré su reinado. Será él quien me edifique un templo, y afirmaré su trono para siempre. Yo seré un padre para él, y él me será un hijo… Tus descendientes vivirán seguros y afirmaré tu trono, el cual permanecerá para siempre. (2 Samuel 7:11b-14a, 16)
Tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te esparcirás hacia el occidente y el oriente, hacia el norte y el sur. En ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra. (Génesis 28:14)