ALIMENTO DIARIO

  • "Regalos completos"


  • septiembre 17, 2021
  • Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación. Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer por medio de la palabra de verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación. Santiago 1: 17-18Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación. Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer por medio de la palabra de verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación. Santiago 1: 17-18


  • Esta devoción es una elaboración del mensaje de la Hora Luterana de este fin de semana, que se titula «Regalos desechados» y se puede encontrar en Lutheranhour.org.

    Hace años, viajé con unos amigos al país de Guatemala en Centroamérica. Fue un viaje para servir de forma inmersa con nuestra iglesia. Tengo muchos recuerdos de este viaje: imágenes mentales de exuberantes montañas volcánicas, telas de colores brillantes y las sonrisas de bienvenida de la gente. También puedo recordar las barras de refuerzo de acero que vi. Eran unas varillas de acero largas que se utilizan para reforzar los proyectos de hormigón. Normalmente no se ven porque están diseñadas para quedar cubiertas cuando el proyecto está terminado. Pero, en muchos de estos vecindarios en Guatemala, casi todos los edificios tenían varillas de acero oxidadas y delgadas que sobresalían de las estructuras sin terminar. Se veían cuatro paredes esperando un techo o una casa de un piso esperando un segundo. Desde mi perspectiva norteamericana, eso daba la impresión de que todo el vecindario estaba incompleto.

    Los que viven en Norteamérica y realizan viajes misioneros para servir en países en desarrollo a menudo se sienten perturbados por ver tanto inconcluso. Nos gusta ver las cosas terminadas. Queremos publicar fotos de un trabajo bien hecho: la casa que construimos, el pozo que instalamos, el programa que ofrecimos. Estos viajes cortos nos ayudan a poner nuestra fe en acción. Pero también pueden dejarnos batallando con la ilusión de que hemos completado nuestro servicio.

    En la lectura de la Biblia que escuchamos de la carta de Santiago aquí, se ve la frase, «don perfecto». La palabra que se traduce como «perfecto» también podría traducirse como «completo». Es una palabra de esperanza para nosotros, que nos recuerda que Dios, nuestro Padre, no solo da buenos dones, sino también dones perfectos, dones completos. Aunque el proyecto de la buena creación de Dios todavía está inconcluso, aunque todavía estamos esperando que Jesús regrese, aunque el Reino de Dios todavía no ha llegado por completo y la voluntad de Dios todavía no se ha cumplido plenamente en la tierra como en el cielo, confiamos en que un día Dios lo completará.

    Mi amigo de Guatemala me explicó la razón por la cual esos proyectos de construcción estaban sin terminar. Me explicó lo difícil que es conseguir un préstamo para construir una casa allá. Así que, la gente junta lo que puede, construye cuando puede y, luego, espera con ansias. Lo que al principio me pareció pereza o construcción de mala calidad, todas esas paredes abiertas y techos desnudos con varillas oxidadas que sobresalían de la parte superior, resultaron en realidad ser proyectos llenos de promesas, una arquitectura de esperanza.

    De esa misma forma los seguidores de Jesús podemos perseguir el bien común con nuestro prójimo cerca de nosotros. No tenemos que servir bajo la ilusión de que depende de nosotros terminar el proyecto. Ese es el trabajo de Dios. Dios da buenos dones o regalos. Y Dios dará dones completos, dones perfectos. Solo cuando Jesús regrese en gloria, veremos la bondad de la creación de Dios en completa perfección. Hasta entonces, construimos con esperanza.

    ORACIÓN: Padre, libérame de la carga de pensar que tengo que terminar tu obra, para que pueda construir junto a otros en amor, paz y esperanza, en el nombre de Jesús, Amén.

    Para reflexionar:

    * ¿Has sido parte de alguna experiencia de inmersión de servicio misionero (por ejemplo, Escuela Bíblica de Vacaciones, viaje misionero, día de servicio voluntario)?
    * Si es así, ¿qué aprendiste? Si no es así, ¿qué crees que sería bueno hacer?

    Rev. Dr. Michael Zeigler, Orador de La Hora Luterana


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