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ALIMENTO DIARIO
Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían. Nahúm 1:7Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían. Nahúm 1:7
La noticia más importante de ayer en la BBC fue que la Cámara de Representantes de los Estados Unidos no aprobó el proyecto de rescate financiero propuesto por el gobierno.
El titular de la agencia de noticias Reuter decía que al ser rechazado el proyecto de rescate financiero, el miedo afectó a los mercados.
El periódico Washington Post publicó dos artículos de primera plana. Uno trataba de los malabarismos que el gobierno estaba haciendo para decidir qué hacer con respecto a la crisis financiera, y el otro de la caída récord de 778 puntos de la bolsa de valores en un día.
No le estoy diciendo nada nuevo, ¿no es cierto? Usted sabe tan bien como yo que los mercados mundiales están al borde del pánico, y que los líderes de Washington parecen estar confundidos con respecto a lo que deben o no deben hacer.
No soy economista, y peor aún, soy increíblemente ignorante en asuntos financieros mundiales, pero sí sé una cosa: el propósito de estas Devociones Diarias es permitir que el Señor hable en tiempos de incertidumbre. Y eso es lo que hace a través de las tranquilizantes palabras del profeta Nahúm, del Antiguo Testamento, quien dice: «Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia».
El Espíritu Santo nos dice lo mismo a nosotros, que vemos nuestros mañanas lúgubres y oscuros: Dios es bueno, es refugio en el día de la angustia.
Dios quiere que recordemos que, aún cuando el mercado financiero ande a los tumbos, su bondad es constante; quiere que recordemos que la fe en él es más segura que cualquier inversión. Quiere que creamos que su Hijo, que vino para salvar nuestras almas, sigue siendo nuestra fortaleza cuando las instituciones financieras fallan. El Redentor resucitado es el refugio de esperanza para todos los que se acercan a él en humildad, arrepentimiento, y fe.
Al comienzo de esta devoción dije que no soy economista, lo cual es cierto. Tampoco soy profeta. Pero aún así, creo que esta crisis financiera será un tema de conversación en las semanas y meses por venir. Si es así, quisiera que usted y yo estemos agradecidos. ¿Por qué? Agradecidos porque cuando las noticias pintan un futuro lúgubre y oscuro, nosotros tenemos un Dios que «es bueno, es refugio en el día de la angustia».
ORACIÓN: Querido Padre celestial, tú sabes la crisis por la que nuestro país está pasando, y también sabes cuál es la solución. Ilumina las mentes de quienes toman decisiones para que busquen y sigan tu voluntad. Envía tu Espíritu Santo a través de tus hijos para que más corazones te reconozcan como el «refugio en el día de angustia». En el nombre de Jesús. Amén.