"¡Nuestro escudo!"

Pero tú, Señor, me rodeas como un escudo; eres mi orgullo; el que sostiene mi vida. Salmo 3:3Pero tú, Señor, me rodeas como un escudo; eres mi orgullo; el que sostiene mi vida. Salmo 3:3

Hay situaciones en nuestra vida donde pareciera que estamos bajo fuego cruzado. Son tantos los problemas que vienen de todas las direcciones: familia, vida financiera, profesional, insatisfacción con uno mismo, etc., que a veces dan ganas de esconderse. Pero, ¿acaso hay algún lugar seguro donde podamos protegernos?

El único con quien siempre podemos contar, es Dios. Él siempre está a nuestro lado. A veces la vida parece querer mostrarnos lo contrario, pero no te dejes engañar. Dios está contigo en todo momento. Él es el escudo que te protege. La prueba de eso es que envió a su Hijo para cargar sobre sí la culpa de todos tus pecados. Al morir en la cruz, Jesús te libró de la condenación eterna. Por lo tanto, no desesperes. Repite, junto con el salmista David: «Pero tú, Señor, me rodeas como un escudo; eres mi orgullo, el que sostiene mi vida» (Salmo 3:3).

ORACIÓN: Señor, gracias por estar conmigo siempre. Enséñame a confiar cada vez más en ti, y sólo en ti. Amén.

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