ALIMENTO DIARIO

  • "Huye"


  • junio 30, 2008
  • Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad. 1 Timoteo 6:11Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad. 1 Timoteo 6:11


  • Como resultado de las inundaciones en el centro de los Estados Unidos, doce personas han muerto: nueve hombres y tres mujeres. De acuerdo a los estadistas, la proporción de tres hombres por cada mujer es perfectamente normal cuando de muertes debido a tormentas se trata. Pero, como hombre que soy, no me gusta para nada. ¿A qué se debe esto? ¿Por qué mueren más hombres que mujeres?

    Aparentemente, hay dos razones: primero, a que el porcentaje de hombres que trabaja al aire libre, por lo tanto estando más expuestos a las tormentas, es mayor que el de mujeres. Hasta aquí todo va bien. Pero con la segunda razón las cosas cambian: parece ser que en los hombres hay una tendencia a ser un poco caprichosos con respecto al tiempo.

    Me explico. Hay hombres que, cuando ven un poco de agua cubriendo las calles, piensan: «un poco de lluvia no me va a hacer cambiar de planes», o «este camino ya lo hice cientos de veces así es que no voy a tener problemas». También son los hombres quienes se apresuran a buscar la cámara de video cuando ven venir un tornado, y tratan de filmarlo de lo más cerca posible con la esperanza de poder venderlo a alguna de las grandes cadenas de televisión.

    Ese machismo que dice «esa tormenta no es nada para mí», o «voy a acercarme lo más posible al tornado», es lo que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

    La verdad es que seis pulgadas de agua pueden alcanzar la parte de debajo de un auto e inundar el motor. Un pie de agua puede hacer flotar a la mayoría de los autos, y dos pies logran arrastrarlo con la corriente. Los expertos dicen que una corriente de agua que cubra sólo hasta los tobillos, puede llegar a tirar a una persona.

    Con la madre naturaleza no se juega.

    Quizás sea por eso que el Señor le dijo a su pueblo que se alejara de los problemas y pecados tanto como pudieran. Eso es lo que San Pablo le estaba diciendo a Timoteo cuando escribió: «Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad».

    Huya de las cosas malas, y acérquese a las buenas. Sabio consejo.

    Evitar la tentación de pecar es lo que Jesús hizo a través de su vida. Cuando Satanás lo sedujo para que comiera pan, el Salvador no le dijo: «bueno, voy a comer un pedacito, total, ¿qué mal puede hacer?». No, Jesús se mantuvo alejado del pecado. Y gracias a que así lo hizo y vivió una vida perfecta, murió y resucitó, todos los que creemos en él somos salvos.

    ORACIÓN: Querido Señor Jesús, dame sabiduría para que no juegue con la tentación, sino que, confiando siempre en tu fidelidad, busque aquéllas cosas que te dan gloria a ti. En tu nombre. Amén.