ALIMENTO DIARIO

  • "En la aflicción"


  • junio 17, 2016
  • "Yo soy el Dios Altísimo... Invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás. Pero al malvado Dios le dice: '¿Qué tienes tú que ver con mis leyes? ¿Por qué te atreves a hablar de mi pacto?... Ustedes, los que se olvidan de mí, entiendan bien esto; no vaya a ser que los despedace y no haya quien los libre de mí. El que me ofrece alabanzas, me honra; al que enmiende su camino, yo lo salvaré.'" Salmo 50:14a-16; 22-23"Yo soy el Dios Altísimo... Invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás. Pero al malvado Dios le dice: '¿Qué tienes tú que ver con mis leyes? ¿Por qué te atreves a hablar de mi pacto?... Ustedes, los que se olvidan de mí, entiendan bien esto; no vaya a ser que los despedace y no haya quien los libre de mí. El que me ofrece alabanzas, me honra; al que enmiende su camino, yo lo salvaré.'" Salmo 50:14a-16; 22-23


  • Cuando estamos afligidos la belleza parece perder brillo, la vida se pone más pesada, el futuro no parece alentador. Atormentados, somos tentados a perder y olvidar la esperanza; la alegría se transforma en amargura y terminamos alejándonos de los que nos aman. Hasta de Dios.

    Pero nuestro Padre celestial, el Padre del salvador Jesucristo, nos dice: «Invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás» (Salmo 50:15). Clama a Dios y él te librará. El apóstol Pablo dijo: «No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias, y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.»

    ORACIÓN: Padre, líbrame en el día de la angustia. Yo te alabo porque, en Jesús, tengo la verdadera esperanza de un futuro contigo. Amén.

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