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ALIMENTO DIARIO
El malvado levanta insolente la nariz, y no da lugar a Dios en sus pensamientos. Salmo 10:4El malvado levanta insolente la nariz, y no da lugar a Dios en sus pensamientos. Salmo 10:4
«Las trincheras están llenas de creyentes».
Hace un tiempo utilicé esa afirmación en un mensaje para el programa para radio e Internet Para el camino, y antes de terminar la semana recibí cartas, llamadas telefónicas y correos electrónicos que, en síntesis, decían: «Lamentamos no estar de acuerdo con usted, pero en las trincheras también hay incrédulos».
Esas afirmaciones eran luego apoyadas por historias de personas que enfrentaban la muerte sin fe en el Señor. Así me enteré que hasta están agrupados en una organización llamada: MASH (Asociación Militar de Ateos y Pensadores Liberales, por sus siglas en inglés). Así es que tuve que corregir la afirmación que había hecho.
Fue por ello que me sorprendió leer en el New York Times que ahora un grupo de ateos está pidiendo al ejército que les dé un capellán.
Me pregunto para qué. ¿Qué les va a decir? ¿Los va a alentar en su incredulidad?
Francamente, no lo sé. En estos dos últimos años he tenido la oportunidad de hablar con muchos capellanes luteranos, tanto aquí como en el exterior, y aún con algunos que están sirviendo en zonas de combate. Todos ellos me contaron historias de coraje, y del consuelo que viene de tener fe en el Señor viviente.
A sus historias puedo agregar las mías propias. Luego de haber oficiado más de 300 funerales, he visto ese mismo coraje y consuelo hecho realidad tanto en las familias como en las personas que murieron firmes su fe en Cristo.
Quizás esa sea la razón por la cual el comentario más frecuente en los funerales de personas creyentes, sea: «¿Cómo hacen las personas que no tienen a Jesús como su Salvador?»
Francamente, no lo sé. Para mí, la posibilidad de enfrentar esos momentos sin Dios, es increíblemente aterradora.
Es por ello que le doy gracias al Señor Jesucristo por estar conmigo… y al mismo tiempo me siento muy triste por todos los ateos que enfrentan solos tanto el combate terrenal como el eterno.
ORACIÓN: Señor, te doy gracias por el Salvador que mantiene su promesa de estar conmigo siempre. Cuida de nuestros militares y capellanes que entregan tanto de sí mismos, y ayúdales a que se alegren en el cuidado que Jesús les da. En su nombre. Amén.
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