ALIMENTO DIARIO

  • "El verdadero arrepentimiento"


  • julio 28, 2011
  • Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él. Proverbios 22:6Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él. Proverbios 22:6


  • Hace años, la mamá de Jeanette horneó un bizcochuelo de chocolate para llevar al picnic de la iglesia, y lo puso afuera para que se enfriara. Cuando Jeanette fue afuera y lo vio, no pudo evitar meter su dedo en él para probarlo. El problema fue que no se le ocurrió «cubrir el crimen cometido».

    Más tarde, su papá preguntó: ‘¿Quién fue?’ Y, por supuesto, nadie confesó. Así que llevó uno por uno a cada uno de los hijos a la cocina, dejándola a Jeanette última, pues era la mayor.

    Cuando le tocó su turno, el padre le hizo meter su dedo en el agujero en el bizcochuelo… donde calzaba perfectamente. Había sido descubierta, y por ello fue justamente castigada.

    «Pero», dice Jeanette, «ese día aprendí algo y, aún cuando esa no fue la última vez que hice algo que no debía, sí fue la última vez que le mentí a mi papá. Mi papá lo sabía, y me alegro que haya sido así. Porque de ahí en más, cada vez que fui acusada de mentir, él decía: ‘puede ser culpable de muchas cosas, pero no de mentir’.»

    Cada día usted y yo cometemos muchos pecados. Y cada día el Señor los ve y, por causa del sacrificio de su Hijo, nos perdona.

    En eso nuestra historia es como la de Jeanette. Pero me pregunto cuántos de nosotros podemos decir, como ella, ‘ese día aprendí algo’, o podemos confesar junto con ella que nunca más hicimos tal o cual cosa.

    Arrepentirse no es sólo lamentarse por algo hecho en el pasado, sino también esforzarse por no repetir ese mismo pecado en el futuro. Esta segunda parte del arrepentimiento es la más difícil… esforcémonos por tratar de logarla cada vez.

    ORACIÓN: Señor, me arrepiento sinceramente de mis pecados, y te pido que me ayudes a no repetir las mismas faltas. En el nombre de Jesús. Amén.

    Esta historia fue compartida por Jeanette Eaton, una lectora de estos devocionales (en inglés).

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