+1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
Jesús volvió a visitar la sinagoga, y allí se encontró con un hombre que tenía una mano atrofiada. Algunos lo vigilaban, para ver si sanaba al hombre en el día de reposo y así poder acusarlo. Jesús le dijo al hombre con la mano atrofiada: "Levántate, y ponte en medio." A los demás les preguntó: "¿Qué está permitido hacer en los días de reposo? ¿El bien, o el mal? ¿Salvar una vida, o quitar la vida?" Ellos guardaron silencio. Jesús los miró con enojo y tristeza, al ver la dureza de sus corazones. Entonces dijo al hombre: "Extiende la mano." El hombre la extendió, y su mano quedó sana. Tan pronto como los fariseos salieron, empezaron a conspirar con los herodianos para matar a Jesús. Marcos 3:1-6Jesús volvió a visitar la sinagoga, y allí se encontró con un hombre que tenía una mano atrofiada. Algunos lo vigilaban, para ver si sanaba al hombre en el día de reposo y así poder acusarlo. Jesús le dijo al hombre con la mano atrofiada: "Levántate, y ponte en medio." A los demás les preguntó: "¿Qué está permitido hacer en los días de reposo? ¿El bien, o el mal? ¿Salvar una vida, o quitar la vida?" Ellos guardaron silencio. Jesús los miró con enojo y tristeza, al ver la dureza de sus corazones. Entonces dijo al hombre: "Extiende la mano." El hombre la extendió, y su mano quedó sana. Tan pronto como los fariseos salieron, empezaron a conspirar con los herodianos para matar a Jesús. Marcos 3:1-6
¡Qué extraño debe haber sido ese momento para el hombre de esta historia! Dudo que esperara que Jesús se enfrentara cara a cara con los fariseos en medio de la sinagoga, sólo para curar su mano seca. Después de todo, ¿quién era él? Nadie especial. Solo un hombre común con una discapacidad. Ni siquiera era algo que fuera a empeorar, probablemente era un problema que había tenido durante años. ¿Cuál era el apuro?
Sin embargo, Jesús tenía muchas razones para darse prisa. Jesús había venido a amar y a salvar a través de su propia muerte y resurrección. Este hombre estaba sufriendo cuando no era necesario que así fuera. Jesús podía cambiar eso, ese día, en ese mismo momento, y así lo hizo. Y como resultado, sus enemigos salieron a conspirar para darle muerte.
Nuestro sufrimiento es importante, muy importante para Dios. A algunos sufrimientos les pone fin rápidamente. A otros permite que continúen, aunque no sabemos la razón. Pero pase lo que pase, podemos estar seguros de que Dios está con nosotros en nuestro sufrimiento y que ha entregado su vida para que un día no tengamos que sufrir más y disfrutemos de la vida eterna con él en su reino.
ORACIÓN: Señor, cuando sufro, ayúdame a confiar en que tú me amas y me cuidas. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
© Copyright 2021 Cristo Para Todas Las Naciones