ALIMENTO DIARIO

  • "Demos gracias"


  • noviembre 24, 2011
  • El fruto de estos malos deseos, una vez concebidos, es el pecado; y el fruto del pecado, una vez cometido, es la muerte. Santiago 1:15El fruto de estos malos deseos, una vez concebidos, es el pecado; y el fruto del pecado, una vez cometido, es la muerte. Santiago 1:15


  • La culpa la tiene Noé por no haber matado a todos los mosquitos que transmiten la malaria. Si lo hubiera hecho, no morirían tantas personas por causa de esa enfermedad.

    Pero Noé no lo hizo y, como resultado, más de 800.000 personas mueren cada año de malaria. Los más afectados son los niños menores de 5 años de edad, porque todavía no tienen bien desarrollado su sistema inmunológico.

    Durante más de cuarenta años los científicos han estado tratando de desarrollar una vacuna contra la malaria. Parece que finalmente ahora han encontrado al menos una respuesta parcial a este problema. En vez de tratar de parar la enfermedad, una vacuna de RTS,S tratará de desarrollar el sistema inmunológico.

    Las pruebas preliminares muestran que, probablemente, tal vacuna logre disminuir un 50% los casos de malaria. El año que viene se llevarán a cabo más pruebas, vacunando a 15.000 niños en siete países africanos.

    Se me ocurre que cuando Adán y Eva miraron la fruta prohibida, pensaron: ‘¿Cuánto mal podrá hacer un solo bocado?’ No pensaron ni vieron las tragedias que ese primer pecado ha producido. Yo sé que en mi vida más de una vez he pensado: ‘Es una tentación, pero es pequeña. ¿Cuánto mal me va a hacer? Si lo hago una vez… o una vez más, no va a pasar nada. Todo va a estar bien.’

    ¿Le suena familiar? En lo que respecta al Señor, los pecados pequeños no existen. Desde su perspectiva, una tentación pequeña es lo mismo que tumbar la primer ficha de una fila de dominós… una vez que la primera ficha cae, es muy difícil pararlas.

    Es por eso que, con respecto a las tentaciones, Dios nos aconseja que nos alejemos de ellas inmediatamente.

    ORACIÓN: Señor, perdóname cuando creo que soy suficientemente bueno, inteligente, o fuerte como para vencer a la tentación y al pecado, porque lo cierto es que no lo soy. Envía tu Espíritu Santo para que me ayude a evitar las tentaciones, y concédeme la presencia del Salvador para darme perdón cuando caigo y fallo. En el nombre de Jesús. Amén.

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