"Cuida tu fe"

[Jesús dijo] Que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos. Mateo 5:16[Jesús dijo] Que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos. Mateo 5:16

El hijo del capitán de un barco inglés había sido confirmado un Domingo de Ramos por la mañana.

Esa noche, el padre y el hijo se sentaron en las habitaciones del capitán y revisaron los eventos del día. Deseando subrayar y profundizar la importancia de los votos de confirmación de su hijo, el padre dijo: «Hijo mío, enciende esta vela. Sal a cubierta y regresa a mí con la vela aún encendida».

«Pero, padre», respondió el niño, «si subo a la cubierta, el viento seguramente apagará la llama».

Ante el continuo impulso de su padre, el hijo hizo como lo que el padre le dijo.

Con mucha protección y maniobras, el muchacho logró mantener encendida la llama. Con una sensación de logro, le devolvió la vela encendida a su padre.

Entonces, el padre le explicó: «Hijo mío, en estos momentos tu fe es como esta vela: pequeña y frágil. De ahora en adelante, entrarás en un mundo grande y tentador. Si no cuidas tu fe, el mundo la va a apagar rápidamente. Y seguramente tendrá éxito … si no te esfuerzas por protegerla».

La mayoría de las personas no piensan mucho en su confirmación o, lo que es más importante, en su bautismo. A menudo ven las promesas que hicieron como cosas que sucedieron hace mucho tiempo y que realmente no tienen sentido para hoy. Las personas se sienten así porque han recibido la adopción en la familia de la fe por la gracia de Dios y no por sus propias obras.

Aun cuando no tuvimos nada que ver con las bendiciones que trae el bautismo —las recibimos por la gracia de Dios a través de la fe— esas bendiciones siguen siendo reales. En el bautismo el Padre viene a nosotros y nos da el perdón que Cristo ganó en la cruz. En el bautismo somos adoptados en la familia de la fe y, gracias al bautismo, tenemos la seguridad de nuestra salvación, sin importar lo que nos pase.

En verdad vale la pena proteger tales bendiciones.

ORACIÓN: Querido Padre, te agradezco por adoptarme a través de la cruz de Cristo. Ayúdame a recordar mi bautismo todos los días, para que me de fuerzas para enfrentar los vientos huracanados de la vida. En el nombre de Jesús. Amén.

Stephen Klinck, ex director de LHM Canadá

Para reflexionar:

1. ¿Cómo es tu fe: una llama ardiente y viva, o una tenue luz intermitente?
2. ¿Crees que tu fe se fortalece cuando la compartes con otra persona?

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