ALIMENTO DIARIO

  • "Arrepiéntanse"


  • agosto 5, 2011
  • Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado. Mateo 3:2Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado. Mateo 3:2


  • Queridos hermanos en Cristo:

    La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.

    En Cristo,

    Pastor Ken Klaus,
    Orador The Lutheran Hour
    Cristo Para Todas Las Naciones

    Hay una pintura de Juan el Bautista que me es muy llamativa: el profeta aparece con un cuerpo bien atlético, bronceado, vestido con las típicas ropas rústicas, luciendo una gran barba, y con una mirada penetrante. Pero su mirada no es la mirada de un fanático religioso, sino que sus ojos muestran el alma de un hombre que está dedicado a su misión: compartir el mensaje que debe dar al mundo.

    El nombre de la pintura es: «Arrepiéntanse, porque el Reino de Dios está cerca».

    Hace 2.000 años, las únicas personas que se sorprendieron ante el llamado al arrepentimiento de la predicación de Juan fueron los que creyeron que ese arrepentimiento lo necesitaban otros, y no ellos. Esas personas son las mismas que se sorprendieron cuando nuestro Señor contó la historia del pastor que dejó sus 99 ovejas para ir a buscar la que se le había perdido.

    El mundo actual está lleno de descendientes espirituales de esas personas.

    Al igual que los religiosos del tiempo de Juan, nuestros contemporáneos saben exactamente quién necesita escuchar el llamado al arrepentimiento: sus vecinos, los grandes pecadores, los incrédulos, y los que no pertenecen a una iglesia.

    Ellos señalan con el dedo a los demás… menos a sí mismos. No quieren reconocer que Juan también les está hablando a ellos cuando dice que se arrepientan, que dejen de jactarse de que son buenos, de que vienen de buenas familias, o de que son poderosos.

    Juan quería asegurarse que todas las personas de todos los tiempos comprendieran que el arrepentimiento no es algo superficial. Uno nunca puede decirle a Dios: ‘Ya me arrepentí; ya cumplí mi parte. Ahora te toca a ti hacer la tuya.’

    El arrepentimiento ve al pecado por lo que en realidad es, y al perdón de Dios por lo que en realidad es: nuestra única esperanza. El corazón arrepentido recibe el perdón de Dios como un regalo.

    ORACIÓN: Señor todopoderoso, ayúdanos a reconocer que somos pecadores santos y que necesitamos vivir en arrepentimiento diario. La Escritura nos dice que Cristo nunca cometió ningún pecado, sino que él cargó nuestros pecados en su cuerpo a la cruz. Gracias a lo que él hizo somos liberados de nuestros pecados y aprobados por Dios. Las heridas de Cristo nos han sanado. En el nombre del Salvador. Amén.

    Biografía del autor: Esta devoción fue escrita por un voluntario de la oficina de Cristo Para Todas Las Naciones en Ghana.

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