ALIMENTO DIARIO

  • "Apariencia"


  • marzo 5, 2025
  • Miércoles de Ceniza

    Crecerá ante él como un renuevo, como raíz en tierra seca. No tendrá una apariencia atractiva, ni una hermosura impresionante. Lo veremos, pero sin atractivo alguno para que más lo deseemos. Será despreciado y desechado por la humanidad entera. Será el hombre más sufrido, el más experimentado en el sufrimiento. ¡Y nosotros no le daremos la cara! ¡Será menospreciado! ¡No lo apreciaremos! Con todo, él llevará sobre sí nuestros males, y sufrirá nuestros dolores, mientras nosotros creeremos que Dios lo ha azotado, lo ha herido y humillado. ... Todos perderemos el rumbo, como ovejas, y cada uno tomará su propio camino; pero el Señor descargará sobre él todo el peso de nuestros pecados (Isaías 53:2-4, 6).


  • El ser humano por naturaleza busca lo atractivo en otras personas. Sin embargo, a veces somos superficiales y solo miramos y nos dejamos llevar por lo que parece ser hermoso, y luego nos damos cuenta de que nuestro enfoque no es el correcto, que no valoramos lo que más importa. Como bien lo dice el famoso refrán, «no todo lo que brilla es oro».

    El profeta Isaías nos enseña la manera en la que Dios ve las cosas. Dios nos llama a poner la mirada, a poner nuestra fe, en su Siervo Jesús, aquel que «no tendrá una apariencia atractiva, ni una hermosura impresionante», y que en su sufrimiento y muerte fue desechado y menospreciado por muchos. La gente no le dio la cara porque su apariencia no era atractiva.

    A diferencia del mundo, que busca lo atractivo en las apariencias, Dios nos revela su brazo salvador mediante la fe en el Cristo crucificado, aquel que según el profeta Isaías «llevará sobre sí nuestros males, y sufrirá nuestros dolores» (v. 4). Por amor a sus ovejas descarriadas, a su pueblo pecador, Dios tendrá misericordia y «descargará sobre él todo el peso de nuestros pecados» (v. 6).

    Dios Padre, danos tu Espíritu Santo para ver la hermosura de tu amor por nosotros en la cara de tu Siervo Jesús, nuestro Salvador. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿Qué cosas brillan como el oro, pero no lo son?
    * ¿Qué pecados pesan más en tu vida y qué sientes al saber que Cristo ha tomado sobre sí «todo el peso de nuestros pecados» (v. 6)?

    Profesor Leopoldo Sánchez


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