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ALIMENTO DIARIO
Los preceptos del Señor son rectos: alegran el corazón. El mandamiento del Señor es puro: da luz a los ojos. Salmo 19:8
Los cielos proclaman la gloria de Dios; el firmamento revela la obra de sus manos. Un día se lo cuenta al otro día; una noche se lo enseña a la otra noche. Sin palabras, sin sonidos, sin que se escuche una sola voz, su mensaje recorre toda la tierra y llega al último rincón del mundo, en donde el sol pasa la noche. Salmo 19:1-4
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda; porque el Señor disciplina al que ama, y azota a todo el que recibe como hijo. Hebreos 12:5-6
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16
El Señor no aparta sus ojos de los justos; sus oídos están siempre atentos a su clamor. El Señor vigila a los que hacen el mal para borrar de la tierra su memoria. Los justos gimen, y el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. Salmo 34:15-17
¡Prueben ustedes mismos la bondad del Señor! ¡Dichoso aquél que en él confía! Ustedes, sus fieles, teman al Señor, pues a quienes le temen nunca les falta nada. Los cachorros del león chillan de hambre, pero los que buscan al Señor lo tienen todo. Salmo 34:8-10
Que se alegren en ti todos los que te buscan; que los que aman tu salvación digan siempre: ¡Grande es nuestro Dios! Pero yo estoy pobre y afligido; ¡ven pronto, oh Dios, en mi ayuda! Tú eres mi ayuda; ¡eres mi libertador! ¡No tardes, Señor! Salmo 70:4-5
Señor de los ejércitos, ¡cuán grato es habitar en tu templo! ¡Mi alma anhela ardientemente estar, Señor, en tus atrios! ¡A ti, Dios de la vida, elevan su canto mi corazón y todo mi ser! Hasta los gorriones y las golondrinas hallan dónde anidar a sus polluelos: ¡cerca de tus altares, Señor de los ejércitos, rey mío y Dios mío! ¡Cuán felices son los que habitan en tu templo! ¡Todo el tiempo te cantan alabanzas! Salmo 84:1-4