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ALIMENTO DIARIO
«Hermanos, les rogamos que sean considerados con los que trabajan entre ustedes, y que los instruyen y dirigen en el Señor. Ténganlos en alta estima y ámenlos por causa de su obra. Y ustedes, vivan en paz. También les rogamos, hermanos, que les llamen la atención a los ociosos, que animen a los de poco ánimo, que apoyen a los débiles, y que sean pacientes con todos.» 1 Tesalonicenses 5:12-14
«En ese momento, Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque estas cosas las escondiste de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. El Padre me ha entregado todas las cosas, y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar.» Mateo 11:25-28
«En la casa de mi Padre hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén. Y ustedes saben a dónde voy, y saben el camino. Tomás le dijo: ‘Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo podemos saber el camino?’ Jesús le dijo: ‘Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí'». Juan 14:2-6
«‘¡Alto! ¡Reconozcan que yo soy Dios! ¡Las naciones me exaltan! ¡La tierra me enaltece!’ ¡Con nosotros está el Señor de los ejércitos! ¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob!» Salmo 46:10-11
«Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.» 1 Juan 3:18
«Elí le respondió: ‘Vete en paz, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.’ Y ella respondió: ‘Espero que veas con buenos ojos a esta sierva tuya.’ Y Ana se fue de allí, y comió, y dejó de estar triste.» 1 Samuel 1:17-18
«Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar.»
Mateo11:28
«Porque por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, para que así como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva.» Romanos 6:4
«En ese momento se les abrieron los ojos, y lo reconocieron; pero él desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ‘¿Acaso no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?'» Lucas 24:31-32
«Te alabo, Señor, porque me has salvado; porque no dejaste que mis enemigos se burlaran de mí. Mi Señor y Dios, te pedí ayuda, y tú me sanaste; tú, Señor, me devolviste la vida; ¡me libraste de caer en el sepulcro! Tú cambias mis lágrimas en danza; me quitas la tristeza y me rodeas de alegría, para que cante salmos a tu gloria. Señor, mi Dios: ¡no puedo quedarme callado! ¡Siempre te daré gracias!» Salmo 30:1-3; 11-12