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ALIMENTO DIARIO
«Y él le dijo: ‘Ven.’ Entonces Pedro salió de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. Pero al sentir la fuerza del viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: ‘¡Señor, sálvame!’ Al momento, Jesús extendió la mano y, mientras lo sostenía, le dijo: ‘¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?’ Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. Entonces los que estaban en la barca se acercaron y lo adoraron, diciendo: ‘Verdaderamente, tú eres Hijo de Dios.'» Mateo 14:29-33
«Para que sean irreprensibles y sencillos, e intachables hijos de Dios en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo, aferrados a la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido ni trabajado en vano.» Filipenses 2:15-16
«En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman unos a otros.» Juan 13:35
«Todo tiene su tiempo. Hay un momento bajo el cielo para toda actividad. En su momento, Dios todo lo hizo hermoso, y puso en el corazón de los mortales la noción de la eternidad, aunque éstos no llegan a comprender en su totalidad lo hecho por Dios. Yo sé bien que para los mortales no hay nada mejor que gozar de la vida y de todo lo bueno que ésta ofrece, y sé también que es un don de Dios el que todo hombre coma y beba y disfrute de lo bueno de todos sus afanes.» Eclesiastés 3:1; 11-13
«Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él.» Proverbios 22:6
«Señor, tú has sido propicio a tu tierra: has hecho volver a Jacob de su cautividad, has perdonado la iniquidad de tu pueblo, has perdonado todos sus pecados, has reprimido completamente tu enojo, has alejado de ti el ardor de tu ira. ¡Ahora restáuranos, Dios de nuestra salvación! ¡Deja ya de estar airado contra nosotros! Señor, ¡danos muestras de tu misericordia! ¡Concédenos tu salvación!» Salmo 85:1-4; 7
«Pero ellos no quisieron escuchar, sino que volvieron la espalda y se taparon los oídos para no oír; endurecieron su corazón como el diamante, para no oír la ley ni las palabras que el Señor de los ejércitos enviaba por medio de su espíritu y de los profetas de antaño. Por eso el Señor de los ejércitos se enojó en gran manera.» Zacarías 7:11-12
«Cuando Jesús oyó esto, le dijo: ‘No temas. Sólo debes creer, y tu hija será sanada.'» Lucas 8:50
«En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo.» Efesios 4:32