Call Us : +1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
«No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree.» Romanos 1:16a
«Hijos, obedezcan a sus padres en el nombre del Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa.» Efesios 6:1-2
«Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; preséntate tú mismo en todo como ejemplo de buenas obras y muestra en la enseñanza integridad y seriedad, con palabras sanas e irreprochables, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de ustedes.» Tito 2:6-8
«Alégrate, joven; aprovecha tu juventud. Bríndale placer a tu corazón mientras dure tu adolescencia. Déjate llevar por donde tu corazón y tus ojos quieran llevarte. Pero debes saber que de todo esto Dios te pedirá cuentas.» Eclesiastés 11:9
«Nunca antes hubo oídos que lo oyeran ni ojos que lo vieran, ni nadie supo de un Dios que, como tú, actuara en favor de aquellos que en él confían… Pero tú, Señor, eres nuestro padre; nosotros somos el barro y tú eres quien nos da forma; todos nosotros somos obra de tus manos.» Isaías 64:4; 8
«Por eso, ustedes deben esforzarse por añadir virtud a su fe, conocimiento a su virtud, dominio propio al conocimiento; paciencia al dominio propio, piedad a la paciencia, afecto fraternal a la piedad, y amor al afecto fraternal. Si todo esto abunda en ustedes, serán muy útiles y productivos en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.» 2 Pedro 1:5-8
«Dios mío, ten misericordia de mí, porque hay gente capaz de devorarme. Todo el tiempo me oprimen y me combaten… Pero yo, cuando tengo miedo, confío en ti. Confío en ti, mi Dios, y alabo tu palabra; confío en ti, mi Dios, y no tengo miedo; ¿qué puede hacerme un simple mortal?» Salmo 56:1; 3-4
«Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Por medio de ellas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas ustedes lleguen a ser partícipes de la naturaleza divina.» 2 Pedro 1:3-4a
«Natanael le dijo: ‘Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios!; ¡tú eres el Rey de Israel!’ Jesús le respondió: ‘¿Crees sólo porque te dije que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas mayores que éstas verás!’ También le dijo: ‘De cierto, de cierto les digo, que de aquí en adelante verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre.'» Juan 1:49-51