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ALIMENTO DIARIO
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor. Romanos 8:38-39
«Nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy para despertarlo.» Tomás, a quien llamaban Dídimo, dijo a sus condiscípulos: «Vamos también nosotros, para que muramos con él.» Juan 11:11,16
Entre los que habían ido a la fiesta para adorar había algunos griegos. Éstos se acercaron a Felipe… y entre ruegos le dijeron: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.» Juan 12:20-21
Y cuando ellos alzaron la vista, no vieron a nadie más que a Jesús. Mateo 17:8
Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación. Colosenses 1:15
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos, y no vienes a salvarme? ¿Por qué no atiendes mi clamor? Salmo 22:1
Ustedes saben que fueron rescatados… con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y sin contaminación, como la de un cordero. 1 Pedro 1:18-19
Y Abrahán respondió: «Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.» Y juntos siguieron caminando. Genesis 22:8
Miércoles de Ceniza Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 1 Corintios 15:22
Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión, y la hayas tomado y habites en ella, tomarás una parte de todos los primeros frutos que obtengas de la tierra que el Señor tu Dios te da, la pondrás en una canasta, y te dirigirás al lugar que el Señor tu Dios escoja como residencia de su nombre. Te presentarás ante el sacerdote que en esos días esté en funciones, y le dirás: «Hoy declaro, ante el Señor tu Dios, que he entrado en la tierra que el Señor juró dar a nuestros padres». Deuteronomio 26:1-3