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ALIMENTO DIARIO
Yo te voy a hacer que entiendas. Voy a enseñarte el camino que debes seguir, y no voy a quitarte los ojos de encima. Salmo 32:8
«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; a los que vivían en región de sombra de muerte, les resplandeció la luz.» Mateo 4:15-16
Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, y esto, no con palabras elocuentes, para que la cruz de Cristo no perdiera su valor. El mensaje de la cruz es ciertamente una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan, es decir, para nosotros, es poder de Dios. 1 Corintios 1:17-18
Pero no siempre habrá oscuridad para la que ahora está angustiada. En los primeros tiempos las regiones de Zabulón y Neftalí fueron afligidas, pero en los últimos tiempos se llenará de gloria el camino del mar, al otro lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz; sí, la luz resplandeció para los que vivían en un país de sombras de muerte. Tú aumentaste el regocijo, y acrecentaste la alegría. En tu presencia se alegrarán, como se alegran durante la siega; como se regocijan cuando se reparten el botín. Tú quebraste el yugo y la vara que pesaban sobre sus hombros, y el cetro que los oprimía, como en el día de Madián. Isaías 9:1-4
Tú, Señor mi Dios, has pensado en nosotros, y has realizado grandes maravillas; no es posible hablar de todas ellas. Quisiera contarlas, hablar de cada una, pero su número es incontable. Salmos 40:5
Abre tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras del saber. Proverbios 23:12
El siguiente día Juan vio que Jesús venía hacia él, y dijo: «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Él es de quien yo dije: «Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.» Yo no lo conocía; pero vine bautizando con agua para esto: para que él fuera manifestado a Israel.» Juan también dio testimonio y dijo: «Vi al Espíritu descender del cielo como paloma, y permanecer sobre él. Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: «Aquél sobre quien veas que el Espíritu desciende, y que permanece sobre él, es el que bautiza con el Espíritu Santo.» Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.» Juan 1:29-34
Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes y por la gracia que él les ha dado en Cristo Jesús. Porque en él ustedes fueron enriquecidos en todas las cosas, tanto en palabra como en conocimiento. Así se ha confirmado en ustedes el testimonio acerca de Cristo, de tal manera que nada les falta en ningún don, mientras esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, el cual también los confirmará hasta el fin, para que sean irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor. 1 Corintios 1:4-9
¡Escúchenme, costas y pueblos lejanos! El Señor me llamó desde el vientre de mi madre; tuvo en cuenta mi nombre desde antes de que yo naciera. Hizo de mi boca una espada aguda, y me cubrió con la sombra de su mano; hizo de mí una flecha bruñida, y me guardó en su aljaba. Y me dijo: «Israel, tú eres mi siervo. Tú serás para mí motivo de orgullo.» Pero yo dije: «De balde he trabajado. He gastado mis fuerzas sin ningún provecho. Pero el Señor me hará justicia; mi Dios me dará mi recompensa.» Pero ahora ha hablado el Señor, el que me formó desde el vientre para que fuera yo su siervo; para que reuniera a Jacob, para que hiciera a Israel volverse a él (así yo seré muy estimado a los ojos del Señor, y mi Dios será mi fuerza), y ha dicho: «Muy poca cosa es para mí que tú seas mi siervo, y que levantes las tribus de Jacob y restaures al remanente de Israel. Te he puesto también como luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta los confines de la tierra.» Así ha dicho el Señor, el Santo Redentor de Israel, al que es menospreciado, al que es odiado por las naciones, al siervo de los gobernantes: «Los reyes y los príncipes te verán y se levantarán, y se inclinarán ante el Señor, porque el Santo de Israel, que te ha escogido, es fiel.» Isaías 49:1-7
¡Ríndanle la gloria digna de su nombre!¡Adoren al Señor en su santuario hermoso! La voz del Señor resuena sobre las aguas. El Dios de la gloria hace oír su voz. El Señor está sobre las muchas aguas. La voz del Señor es potente. La voz del Señor es majestuosa. Salmos 29:2-4