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ALIMENTO DIARIO
Cuando ya estaban cerca de Jerusalén, Betfagué y Betania, y frente al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos y les dijo: «Vayan a la aldea que tienen ante ustedes. Al entrar en ella, van a encontrar atado un burrito, sobre el cual nadie se ha montado. Desátenlo y tráiganlo acá. … Ellos llevaron a Jesús el burrito, sobre el que echaron sus mantos, y luego Jesús se montó sobre él. Marcos 11:1-2, 7
A uno que volvía del campo y que pasaba por allí lo obligaron a llevar la cruz. Ese hombre se llamaba Simón de Cirene, y era padre de Alejandro y de Rufo. Llevaron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa «Lugar de la Calavera». Marcos 15:21-22
Los soldados lo llevaron al interior del atrio, es decir, al pretorio, y llamaron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le colocaron una corona tejida de espinas, y comenzaron a saludarlo: «¡Salve, Rey de los judíos!» Lo golpeaban en la cabeza con una caña, y lo escupían, y doblaban las rodillas para hacerle reverencias. Después de burlarse de él, le quitaron la ropa de púrpura, lo vistieron con sus propios vestidos, y lo sacaron de allí para crucificarlo. Marcos 15:16-20
Pilato les preguntó: «¿Y qué quieren que haga con el que ustedes llaman Rey de los judíos?» Y ellos volvieron a gritar: «¡Crucifícalo!» Pilato les decía: «¿Pues qué crimen ha cometido?» Pero ellos gritaban más todavía: «¡Crucifícalo!» Pilato optó por complacer al pueblo y puso en libertad a Barrabás; luego mandó que azotaran a Jesús, y lo entregó para que lo crucificaran. Marcos 15:12-15
En el día de la fiesta Pilato acostumbraba poner en libertad a un preso, el que la gente quisiera. Había uno que se llamaba Barrabás, que estaba preso con sus compañeros de motín porque en una revuelta habían cometido un homicidio. Cuando la multitud se aproximó, comenzó a pedirle a Pilato que hiciera lo que acostumbraba hacer. Pilato les preguntó: «¿Quieren que ponga en libertad al Rey de los judíos?» Y es que Pilato sabía que los principales sacerdotes lo habían entregado por envidia. Pero los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que Pilato soltara más bien a Barrabás. Marcos 15:6-11
En cuanto amaneció, y luego de reunirse los principales sacerdotes, los ancianos, los escribas y todo el tribunal para ponerse de acuerdo, ataron a Jesús y se lo llevaron a Pilato. Éste le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Y Jesús le respondió: «Tú lo dices.» Los principales sacerdotes lo acusaban de muchas cosas, así que Pilato volvió a preguntarle: «¿No vas a responder? ¡Mira de cuántas cosas te acusan!» Pero Jesús ni aun así respondió, lo que sorprendió mucho a Pilato. Marcos 15:1-5
Mientras Pedro estaba abajo, en el patio, llegó una de las criadas del sumo sacerdote y, al ver a Pedro calentándose junto al fuego, le dijo: «¡También tú estabas con Jesús el nazareno!» Pero Pedro lo negó, y dijo: «No lo conozco, ni sé de qué hablas.» Y se dirigió a la entrada. En ese momento cantó el gallo. Pero la criada volvió a verlo, y comenzó a decir a los que estaban allí: «¡Éste es uno de ellos!» Pedro volvió a negarlo. Pero poco después los que estaban allí volvieron a decirle: «La verdad es que eres uno de ellos, pues eres galileo.» Pedro comenzó entonces a maldecir y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre, del que ustedes hablan!» En ese mismo instante el gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres veces.» Y al pensar en esto, se echó a llorar. Marcos 14:66-72
Algunos comenzaron a escupirlo, y mientras le cubrían el rostro y le daban de puñetazos, le decían: «¡Profetiza!» Y también los alguaciles le daban de bofetadas. Marcos 14:65
Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote, y se reunieron todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas … buscaban alguna prueba contra Jesús, para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban. … el sumo sacerdote le volvió a preguntar: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?» Jesús le respondió: «Yo soy. Y ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Poderoso, y venir en las nubes del cielo.» … Y todos ellos lo condenaron y declararon que merecía la muerte. Marcos 14:53, 55b, 61b-62, 64b
Cierto joven seguía a Jesús, cubierto con sólo una sábana. Cuando lo aprehendieron, el joven dejó la sábana y huyó desnudo. Marcos 14:51-52