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ALIMENTO DIARIO
Llegaron a Cafarnaún, y en cuanto llegó el día de reposo, Jesús fue a la sinagoga y se dedicó a enseñar. La gente se admiraba de sus enseñanzas, porque enseñaba como corresponde a quien tiene autoridad, y no como los escribas. De pronto, un hombre que tenía un espíritu impuro comenzó a gritar en la sinagoga: «Oye, Jesús de Nazaret, ¿qué tienes contra nosotros? ¿Has venido a destruirnos? ¡Yo sé quién eres tú! ¡Eres el Santo de Dios!» Pero Jesús lo reprendió, y le dijo: «¡Cállate, y sal de ese hombre!» El espíritu impuro sacudió al hombre con violencia y, gritando con todas sus fuerzas, salió de aquel hombre. Todos quedaron muy asombrados, y se preguntaban unos a otros: «¿Y esto qué es? ¿Acaso es una nueva enseñanza? ¡Con toda autoridad manda incluso a los espíritus impuros, y éstos lo obedecen!» Y muy pronto la fama de Jesús se difundió por toda la provincia de Galilea. Marcos 1:21-28
En cuanto a lo que se ofrece a los ídolos, es cierto que todos sabemos algo de eso. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. … sabemos que un ídolo no tiene valor alguno en este mundo, y que solamente hay un Dios. … Pero no todos tienen este conocimiento. … tengan cuidado de que esa libertad que ustedes tienen no se convierta en motivo de tropiezo para los que son débiles. Porque si a ti, que tienes conocimiento, te ve sentado a la mesa, en un lugar de ídolos, alguien cuya conciencia es débil, ¿acaso no se sentirá estimulado a comer de lo que se ofrece a los ídolos? En tal caso, ese hermano débil, por quien Cristo murió, se perderá por causa de tu conocimiento. Y así, al pecar ustedes contra los hermanos y herir su débil conciencia, pecan contra Cristo. Por lo tanto, si la comida es motivo de que mi hermano caiga, jamás comeré carne, para no poner a mi hermano en peligro de caer. 1 Corintios 8:1, 4b, 7a, 9-13
[Dijo Moisés] «El Señor tu Dios hará que surja en medio de ti, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él deberán escuchar, tal y como le pediste al Señor tu Dios el día de la asamblea en Horeb, cuando dijiste: «No quiero volver a oír la voz del Señor mi Dios, ni tampoco quiero volver a ver tan impresionante fuego, pues no quiero morir.» El Señor me dijo: «Esto que dicen está muy bien. Voy a hacer que de entre sus hermanos surja un profeta como tú. Pondré mis palabras en sus labios, y él les comunicará todo lo que yo le ordene decir. Pero yo le pediré cuentas a todo el que no atienda las palabras que ese profeta proclame en mi nombre.» Deuteronomio 18:15-19
Las obras del Señor son grandes; todos los que las desean, las buscan. La creación del Señor es hermosa, y su justicia permanece para siempre. El Señor es bondadoso y compasivo, y todo lo que hace merece recordarse. Salmo 111:2-4
Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos; ¡nunca su misericordia se ha agotado! ¡Grande es su fidelidad, y cada mañana se renueva! Por eso digo con toda el alma: «¡El Señor es mi herencia, y en él confío!» Lamentaciones 3:22-24
Después de que Juan fue encarcelado, Jesús fue a Galilea para proclamar el evangelio del reino de Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepiéntanse, y crean en el evangelio!» Mientras Jesús caminaba junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés. Estaban echando la red al agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres.» Enseguida, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Un poco más adelante, Jesús vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, quienes estaban en la barca y remendaban sus redes. Enseguida Jesús los llamó, y ellos dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, y lo siguieron. Marcos 1:14-20
Pero quiero decirles, hermanos, que el tiempo se acorta; por lo tanto, el que tiene esposa debe vivir como si no la tuviera; el que llora, como si no llorara; el que se alegra, como si no se alegrara; el que compra, como si no tuviera nada; y el que disfruta de este mundo, como si no lo disfrutara; porque el mundo que conocemos está por desaparecer. 1 Corintios 7:29-31
La palabra del Señor vino a Jonás por segunda vez, y le dijo: «Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive, y proclama allí el mensaje que yo te daré.» Jonás se levantó y, conforme a la palabra del Señor, fue a Nínive. Y era Nínive una ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Jonás comenzó a recorrer la ciudad, camino de un día, y en su predicación decía: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Todos los habitantes de Nínive creyeron a Dios y decretaron ayuno, y desde el mayor hasta el menor se vistieron de cilicio. … Y al ver Dios lo que hicieron, y que se habían apartado de su mal camino, también él se arrepintió de hacerles el daño que les había anunciado, y desistió de hacerlo. Jonás 3:1-5, 10
¿Hasta cuándo harán planes todos ustedes con la intención de derrotar a un solo hombre? ¡Lo ven como pared desplomada! ¡Lo ven como una cerca en el suelo! Conspiran para despojarlo de su grandeza; les agrada decir mentiras; ¡bendicen con los labios, pero maldicen con el corazón! Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma; sólo en él he puesto mi esperanza. Sólo Dios es mi salvación y mi roca; porque él es mi refugio, no resbalaré. Salmo 62:3-6
Así que, todo lo que quieran que la gente haga con ustedes, eso mismo hagan ustedes con ellos, porque en esto se resumen la ley y los profetas. Mateo 7:12