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ALIMENTO DIARIO
Domingo de Pascua Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé… fueron al sepulcro… Cuando entraron en el sepulcro, vieron que en el lado derecho estaba sentado un joven, vestido con una túnica blanca. Ellas se asustaron, pero el joven les dijo: «No se asusten. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. No está aquí. Ha resucitado. Miren el lugar donde lo pusieron. Ellas se espantaron, y temblando de miedo salieron corriendo del sepulcro. Y era tanto el miedo que tenían, que no le dijeron nada a nadie. Marcos 16:1a, 2b, 5-6, 8
Sábado de Gloria Al caer la tarde del día de la preparación… José de Arimatea fue y con mucha osadía se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Este José era un miembro importante del tribunal, y también esperaba el reino de Dios… José fue y bajó de la cruz el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana que había comprado, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña. Luego, hizo rodar una piedra para sellar la entrada del sepulcro. Mientras tanto, María Magdalena y María la madre de José miraban dónde ponían el cuerpo. Marcos 15:42a, 43, 46-47
Jueves Santo Mientras comían, Jesús tomó el pan y lo bendijo; luego lo partió y se lo dio, al tiempo que decía: «Tomen, esto es mi cuerpo.» Después tomó la copa, y luego de dar gracias, se la dio, y todos bebieron de ella. Les dijo entonces: «Esto es mi sangre del pacto, que por muchos es derramada». Marcos 14:22-24
Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde hubo tinieblas sobre toda la tierra, y a las tres de la tarde Jesús clamó a gran voz: «Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?», que significa «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» Marcos 15:33-34
Con él crucificaron también a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda… Los que pasaban lo insultaban, y mientras meneaban la cabeza decían: «Oye, tú, que derribas el templo de Dios y en tres días lo reedificas, ¡sálvate a ti mismo y desciende de la cruz!» Así también se burlaban de él los principales sacerdotes, y se sumaban a los escribas para decir: «¡Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse! ¡Que baje ahora de la cruz el Cristo, el Rey de Israel, para que podamos ver y creer!» Marcos 15:27, 29-32a
Le dieron a beber vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó. Después de crucificarlo, se repartieron sus vestidos y los sortearon para ver qué le tocaría a cada uno de ellos. Marcos 15:23-24
Cuando ya estaban cerca de Jerusalén, Betfagué y Betania, y frente al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos y les dijo: «Vayan a la aldea que tienen ante ustedes. Al entrar en ella, van a encontrar atado un burrito, sobre el cual nadie se ha montado. Desátenlo y tráiganlo acá. … Ellos llevaron a Jesús el burrito, sobre el que echaron sus mantos, y luego Jesús se montó sobre él. Marcos 11:1-2, 7
A uno que volvía del campo y que pasaba por allí lo obligaron a llevar la cruz. Ese hombre se llamaba Simón de Cirene, y era padre de Alejandro y de Rufo. Llevaron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa «Lugar de la Calavera». Marcos 15:21-22
Los soldados lo llevaron al interior del atrio, es decir, al pretorio, y llamaron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le colocaron una corona tejida de espinas, y comenzaron a saludarlo: «¡Salve, Rey de los judíos!» Lo golpeaban en la cabeza con una caña, y lo escupían, y doblaban las rodillas para hacerle reverencias. Después de burlarse de él, le quitaron la ropa de púrpura, lo vistieron con sus propios vestidos, y lo sacaron de allí para crucificarlo. Marcos 15:16-20