Call Us : +1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y Dios mismo era la Palabra. La Palabra estaba en el principio con Dios. Por ella fueron hechas todas las cosas. Sin ella nada fue hecho de lo que ha sido hecho. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella (Juan 1:1-5).
Pues ahora el Señor mismo les dará una señal: La joven concebirá, y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel (Isaías 7:14).
Por siempre cantaré de las misericordias del Señor; con mi boca daré a conocer tu fidelidad a todas las generaciones (Salmo 89:1 LBLA).
Mientras José reflexionaba al respecto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu mujer, porque su hijo ha sido concebido por el Espíritu Santo. María tendrá un hijo, a quien pondrás por nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mateo 1:20-21).
¡Levanten los ojos al cielo, y miren quién creó estas cosas! Él saca y cuenta su ejército de estrellas; a todas las llama por su nombre, y ninguna de ellas falta; ¡tan grande es su poder, tan poderoso su dominio! (Isaías 40:26).
Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense! Que la gentileza de ustedes sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca (Filipenses 4:4-5).
¡Canta, hija de Sión! ¡Da voces de júbilo, Israel! ¡Regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! (Sofonías 3:14).
Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Aquel que los llama, el cual también lo hará (1 Tesalonicenses 5:23-24).
Pero el ángel les dijo: ‘No teman, que les traigo una buena noticia, que será para todo el pueblo motivo de mucha alegría’ (Lucas 2:10).
El desierto y la soledad se alegrarán; el yermo se regocijará y florecerá como la rosa; florecerá en abundancia, y también se alegrará y cantará con júbilo, pues le serán dadas la belleza del Líbano y la hermosura del Carmelo y de Sarón. ¡Estos montes verán la gloria del Señor, la hermosura de nuestro Dios! (Isaías 35:1-2).