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ALIMENTO DIARIO
Tú, hijo mío, esfuérzate en la gracia que tenemos en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, encárgaselo a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Esta palabra es fiel: si morimos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo. 2 Timoteo 2:1-2; 11-13Tú, hijo mío, esfuérzate en la gracia que tenemos en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, encárgaselo a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Esta palabra es fiel: si morimos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo. 2 Timoteo 2:1-2; 11-13
Todos los días hay personas que deciden que van a empezar a hacer ejercicio físico para mejorar su salud o para tener un cuerpo escultural, y así pasan horas y horas en los gimnasios. El ejercicio físico es realmente bueno para la salud, pero para hacer frente a las dificultades de la vida, e incluso a la misma muerte, tener sólo buenos músculos no es suficiente.
En realidad, más que un «entrenador personal», necesitas de un «salvador personal»: Jesús. En Jesús tendrás una fuerza que ningún ser humano puede tener, la fuerza que viene de la gracia el perdón y la compañía de Jesucristo, que es suficiente para enfrentar hasta a los peores enemigos. Por eso, el apóstol Pablo recomendó a Timoteo: «Tú, hijo mío, esfuérzate en la gracia que tenemos en Cristo Jesús» (2 Timoteo 2:1). Entonces, mantente sano en Cristo, y tendrás salud eterna.
ORACIÓN: Señor Jesús, dame la fuerza de tu gracia para que pueda enfrentar los desafíos del día de hoy y mantenga la salud eterna. En tu nombre. Amén.
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