ALIMENTO DIARIO

  • "El origen de los males"


  • noviembre 11, 2013
  • ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos? Si ustedes desean algo, y no lo obtienen, entonces matan. Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan. Pero no obtienen lo que desean, porque no piden; y cuando piden algo no lo reciben porque lo piden con malas intenciones, para gastarlo en sus propios placeres. Santiago 4:1-3¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos? Si ustedes desean algo, y no lo obtienen, entonces matan. Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan. Pero no obtienen lo que desean, porque no piden; y cuando piden algo no lo reciben porque lo piden con malas intenciones, para gastarlo en sus propios placeres. Santiago 4:1-3


  • Una vez un filósofo dijo que una teja que cae del techo puede lastimarnos mucho, pero no nos hace enojar tanto como una pequeña piedra lanzada por una mano maliciosa. Por lo tanto, nos preguntamos: ¿cuál es el origen de los males que afectan las relaciones entre las personas? Los hombres luchan por tener poder, dinero y prestigio, y son capaces hasta de matar, robar o sobornar, con tal de alcanzar sus objetivos.

    La Biblia nos dice que todos estos males son frutos del pecado. Lamentablemente, esa es la realidad del ser humano que sólo puede cambiar cuando el amor de Dios entra en el corazón. Jesús nos propone una nueva vida. Cuando creemos en él, y vivimos de acuerdo a él, los males son transformados en buenas acciones, frutos de la fe en Jesús. Porque un corazón renovado por Cristo siempre busca el bienestar del prójimo. Solamente así podemos vencer el mal que nuestra naturaleza pecaminosa quiere hacer.

    ORACIÓN: Señor Dios, llena mi corazón y mi vida con tu amor, para que pueda resistir a la tentación de hacer el mal y así contribuir para el bien de quienes me rodean. En tu nombre. Amén.

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