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ALIMENTO DIARIO
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1 Juan 3:18Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1 Juan 3:18
Un hombre golpeó a la puerta de una casa. La dueña de casa, que anda en silla de ruedas, se demoró bastante en llegar a la puerta por lo que, cuando llegó, el hombre ya había empujado la puerta y roto la cadena.
Cuando le dijo que necesitaba dinero, la señora le dio $5 dólares. Ante eso, el hombre le dijo que eso no era suficiente, y que él sabía que ella tenía más dinero.
Aparentemente, la señora se había olvidado que en su cartera tenía $20 dólares, por lo que el hombre se hizo paso y se buscó el dinero él mismo, aunque no sin antes decirle que le pedía disculpas, que nunca antes había hecho algo semejante, pero que estaba desesperado.
Cuando la señora se puso a rezar, el hombre respetuosamente se arrodilló. Cuando ella terminó, él salió corriendo.
Por más amable, correcto, y atento que ese hombre parezca, sigue siendo un ladrón. De nada sirve su amabilidad ni que haya rezado o que haya pedido disculpas por lo que estaba haciendo. La verdad es que entró a la fuerza en una casa, asustó a una señora, y se escapó con dinero que no le pertenecía.
En resumen, sus palabras se contradicen con sus acciones.
Lamentablemente, eso es lo mismo que se dice de muchos cristianos: que lo que dicen y lo que hacen son dos cosas muy diferentes y opuestas.
Las palabras de Juan elegidas como texto para esta devoción nos indican que en su época no era diferente. Es por ello que él urge a sus hermanos en la fe a sus palabras y sus acciones no se contradigan.
Juan sabía, al igual que cada generación de cristianos, que el mundo juzga al Maestro a través de las acciones de sus siervos. Si lo que nosotros decimos está de acuerdo con la forma en que nos comportamos, el Salvador es glorificado. Por otro lado, si somos inconsistentes en nuestra conducta, la gente asume, equivocadamente, que la historia de la salvación de Jesús no es más que pura bulla.
ORACIÓN: Señor, Jesucristo mostró su amor por nosotros en palabras y obras. Ayúdanos para que nosotros, que hemos sido redimidos por santo y precioso amor, hagamos lo mismo. En su nombre. Amén.
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