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ALIMENTO DIARIO
Mientras comían, Jesús tomó el pan y lo bendijo; luego lo partió y se lo dio a sus discípulos, y les dijo: «Tomen, coman; esto es mi cuerpo». Después tomó la copa, y luego de dar gracias, la entregó a sus discípulos y les dijo: «Beban de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos, para perdón de los pecados (Mateo 26:26-28).
¿Alguna vez has recibido una invitación que te hizo sentir especial de verdad? Como cuando alguien te dice: “Quiero que tú estés allí”, y te das cuenta de que tu presencia es importante. Bueno, Jesús hizo exactamente eso contigo. Te mandó una invitación personal para sentarte a Su mesa. No es cualquier comida. Es una cena que cambia tu vida. Él mismo se entrega a ti con su cuerpo y su sangre para darte perdón, vida y salvación.
La Santa Cena no es solo un símbolo o un recordatorio bonito. Es Cristo mismo viniendo a nosotros. Él dijo: “Esto es mi cuerpo” y “Esto es mi sangre”, y eso lo tomamos en serio. No es figura ni metáfora, es una realidad que Él nos regala.
¿Y por qué lo creemos?
1. Porque lo dijo el mismo Hijo de Dios, y su palabra tiene poder (Juan 1:1-3, Hebreos 11:3).
2. Porque son palabras de su testamento, y un testamento no se cambia después que la persona muere (1 Corintios 11:25, Hebreos 9:15-22).
3. Porque, como en el Antiguo Testamento, la sangre sella un pacto entre Dios y su pueblo (Éxodo 24:8).
4. Porque la Biblia dice que el pan y el vino son comunión con su cuerpo y su sangre (1 Corintios 10:16).
5. Porque recibirlo sin respeto es pecado contra el mismo Señor (1 Corintios 11:27, 29).
Y lo más hermoso es que Jesús no te invita porque seas perfecto, sino porque Él es bueno y misericordioso.
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Padre nuestro, gracias por la invitación personal que me haces a la mesa de tu Hijo. Ayúdame a recibir este regalo con humildad y confianza. En el nombre de Jesús. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Cómo cambia tu relación con Jesús saber que Él te hace una invitación personal a Su mesa para darte Su propio cuerpo y sangre?
* ¿Cómo puedes prepararte mejor para recibir este misterio con fe y agradecimiento?
Diaconisa Noemí Guerra
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