ALIMENTO DIARIO

  • "Un viento malvado"


  • mayo 11, 2011
  • ...¡un vendaval las dispersará! Pero tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel. Isaías 41:16...¡un vendaval las dispersará! Pero tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel. Isaías 41:16


  • Hace algunas semanas la mayoría de nosotros desconocía lo que significa EF-5. Ahora lo sabemos, aunque preferiríamos que no fuera así: un EF-5 es el tornado más fuerte y destructivo que puede ser medido.

    Por lo menos uno de todos los tornados que azotaron la zona sur de los Estados Unidos el mes pasado, fue un EF-5. Pero aparentemente, y según los daños causados por los otros tornados, es muy probable que haya habido más.

    Sabemos que cualquier tornado, sin importar la escala, es capaz de arrasar casas, destruir toda una comunidad, y cambiar los planes, las esperanzas, el futuro, y las vidas de muchas personas.

    Lo que no sabemos es por qué.

    ¿Por qué suceden tales tormentas, y por qué dañan a tanta gente buena? Si Dios tiene poder para detener semejantes cosas, ¿por qué no lo hace? Si Dios es un Dios amoroso, ¿por qué permite tanta destrucción y dolor? Estas son algunas de las preguntas que a veces pueden poner a prueba nuestra fe cristiana.

    Por lo que es necesario dar algunas respuestas. Primero, estas cosas suceden porque vivimos en un mundo pecador, y un mundo pecador produce cosas terribles. Cuando una persona buena se encuentra en medio del camino de un cosa terrible, especialmente un tornado EF-5, resultará lastimada.

    ¿Por qué el Dios todopoderoso no detiene esos tornados? Ciertamente no es porque a Él no le importe, porque sí le importa. Y aunque cada tormenta como ésta genera historias de ocurrencias milagrosas, generalmente el Señor no interviene directa y milagrosamente, sino que permite que las leyes de este mundo funcionen libremente.

    ¿Le suena como que a Dios no le importa? Si es así, fíjese en el pesebre de Belén. Mire al Salvador flagelado clavado en la cruz del calvario. No piense ni por un momento que a Dios no le importa, porque gracias a que Jesús vivió, murió y resucitó, es que podemos escapar de las consecuencias eternas del pecado.

    Gracias a lo que Jesús hizo, ni siquiera un tornado EF-5 nunca tendrá la última palabra en la vida del pueblo de Dios.

    Y ese regalo es obra de un Dios amoroso.

    ORACIÓN: Padre celestial, te pedimos que envíes tu Espíritu Santo a aquéllos cuyas vidas han sido perturbadas y destrozadas por estos tornados. Ayuda a todos los que tratan de recuperarse de un desastre, y permíteles ver que Jesús es la victoria sobre el pecado y sus terribles consecuencias. En su nombre. Amén.

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