"Tu voluntad, no la mía"

Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Mateo 6:10bHágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Mateo 6:10b

Uno de mis mejores amigos, quien es católico romano, originario de Irlanda, y además policía en la ciudad de Chicago, es testigo fiel de lo que voy a compartir hoy.

De acuerdo con mi amigo, uno de los oficiales de policía vio recientemente a una motorista estrellarse contra un semáforo.

Ese oficial se dio cuenta que, aunque la conductora del vehículo había tenido suficiente tiempo para frenar, ni siquiera había tratado de disminuir la velocidad, pues los focos de ‘pare’ de su coche nunca se encendieron…ni siquiera por un segundo.

Cuando el oficial de policía le pidió a la conductora que bajara del carro, estaba preparado para escuchar todo tipo de excusas. Como veterano del departamento de policía que era, pensó que ya había oído toda posible excusa, pero estaba equivocado.

Esta señora le dijo que esa mañana había sacado su carro del taller, donde había pagado una buena cantidad de dinero por la reparación de los frenos y otras reparaciones pequeñas, pero no por eso baratas; y que después de haber pagado tanto, decidió que no frenaría de nuevo, a menos que fuera absolutamente necesario. Por lo tanto, no frenó para no quedarse de nuevo sin frenos.

He visto mucha gente que no ha querido ponerle freno a sus vidas. Todo, sus pensamientos, sus decisiones, sus actos siempre giran alrededor de una sola cosa: ellos mismos. Cada cosa que deciden, ya sea buena o mala, se refiere a ellos y es sólo para ellos. Ellos son el #1, y todo lo que hacen es para el #1.

Jesús nos dice que hay otra manera mejor de manejar nuestras vidas, hay otra manera mejor de vivir la vida. En el Padrenuestro, él nos dice que debemos pedir que su voluntad sea hecha en el cielo y en la tierra. Haciendo esa petición un poquito más personal: la voluntad de Dios debería hacerse en nuestra vida de todos los días, así como se hace en el cielo.

Para muchos que no viven de acuerdo a la voluntad de Dios esto les parece aburrido, sofocante e insatisfactorio, porque creen que implica renunciar a muchas cosas. Además, dicen, nunca están en completo control de todo, y eso no es divertido.

Ante eso, sólo digo lo siguiente: las personas más entusiastas que he conocido, han sido cristianas. Son personas que han aprendido a vivir en armonía con Dios, que han estado en las manos de Dios toda su vida, y que han experimentado una libertad maravillosa. Dios ha estado en control de todo… por lo cual le están agradecidos.

ORACIÓN: Dios todopoderoso, Padre Celestial, haz que mi vida esté en completa armonía con tu santa voluntad, de tal manera que pueda vivir confiado en que tú sabes lo que es mejor para mí. Que se haga tu voluntad así en la tierra como en el cielo. En el nombre de tu Hijo. Amén.

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