ALIMENTO DIARIO

  • "Respeto"


  • noviembre 14, 2011
  • Levántate delante de las canas. Muestra respeto ante los ancianos. Muestra temor ante tu Dios. Yo soy el Señor. Levítico 19:32Levántate delante de las canas. Muestra respeto ante los ancianos. Muestra temor ante tu Dios. Yo soy el Señor. Levítico 19:32


  • Si bien en general soy una persona muy amigable, hay una persona que no me cae muy bien. Me refiero a Fauja Singh, una de las personas que acaba de correr la Maratón de Toronto. Es cierto que le llevó 8 horas, 25 minutos y 16 segundos terminarla, lo que significa que hubo 3.849 corredores que terminaron antes que él, y sólo 5 que terminaron después de él.

    Pero aún así, sigue sin caerme bien. Creo que, en el fondo, le tengo un poco de envidia. La razón no es simplemente porque las personas que corren una maratón pueden hacer algo que yo no soy capaz de hacer, sino también por otra cosa: porque Fauja Singh, oriundo de Inglaterra, corrió esa maratón ¡luego de haber cumplido 100 años de edad!

    Vale agregar que Singh corre 10 millas cada día.

    ¿Qué tal, eh? Una persona de 100 años corriendo maratones. Le agrega un poco más de peso a las palabras elegidas para hoy del libro de Levítico: «Muestra respeto ante los ancianos.» Lo que Singh ha hecho merece que se le respete, pues él se ha ganado ese honor.

    Pero no debemos quedarnos allí. El texto continúa diciendo que debemos mostrar temor ante nuestro Dios. ¿Por qué? Porque el Señor se ha ganado nuestro respeto, nuestra reverencia, y nuestra adoración.

    Si tiene dudas, recuerde lo que sucedió en el jardín del Edén. Cuando no había ninguna razón para que el Señor buscara a sus hijos desobedientes, él igual lo hizo. Cuando él tenía toda la razón para condenarlos, decidió prometerles que los iba a salvar.

    Recuerde lo que sucedió en Getsemaní. No había razón para que Jesús cargara con nuestros pecados, nuestra culpa, y nuestra condenación… pero igual lo hizo. No había razón para que Jesús se quedara clavado a la cruz sufriendo el dolor y la burla por nosotros… pero igual lo hizo.

    Desde las primeras páginas de la Biblia hasta las últimas, podemos ver a un Señor que, en maravillosas e increíbles maneras, se ha ganado la adoración de su pueblo. Una adoración que los pecadores que hemos sido lavados en la sangre del Cordero ofrecemos en libertad y por nuestra propia voluntad.

    ORACIÓN: Señor, no podemos comprender por qué has hecho tanto por nosotros. Tu amor es tan grande, tu compasión tan profunda, tu fidelidad mucho más confiable que cualquier cosa que este mundo pueda ofrecer. Por ello te honramos, respetamos, y alabamos. En el nombre de Jesús. Amén.

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