+1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
Que todos nos consideren servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (1 Corintios 4:1).
Recuerdo cuando esperábamos a nuestro primer hijo. Le compramos ropita, una cuna, pañales, su sillita del carro… todo lo necesario para que estuviera seguro y cuidado. Joash no hizo nada para merecer estos regalos. Nosotros, como sus padres, se los dimos simplemente porque lo amábamos, porque era nuestro hijo, porque existía. Estos eran regalos de amor y, a la vez, esenciales para su supervivencia.
Así son los Sacramentos. Un Sacramento es un «acto sagrado instituido por orden de Cristo; en el cual Cristo une su Palabra de promesa con un elemento visible; por medio del cual ofrece y concede el perdón de los pecados que él ha ganado para nosotros con su sufrimiento, muerte, y resurrección».
Pablo, en la lectura de hoy, habla de los pastores como administradores de los «misterios de Dios». Estos misterios no son secretos inalcanzables, sino los medios por los cuales Dios se acerca a nosotros de manera tangible con los Sacramentos. En un mundo donde todo parece depender de lo que hacemos o logramos, los Sacramentos son un recordatorio de que nuestra relación con Dios no depende de nosotros. Es un regalo, puro y perfecto, basado en la obra de Cristo por nosotros.
Así como nuestro bebé no podía hacer nada para ganarse su cuna o su leche, sino que solamente pudo recibirlos, te invito a que recibas el regalo de los Sacramentos, el Bautismo y la Santa Cena, con confianza y gratitud. No porque tú lo merezcas, sino porque Cristo te ama y siempre será fiel a sus promesas. En Él tienes todo lo que necesitas.
Padre nuestro, gracias porque, así como nos preparamos para cuidar a los bebés, Tú has provisto en Cristo todo lo necesario para nuestra salvación. Ayúdanos a recibir con fe y gratitud los regalos de tus Sacramentos. Y gracias por tus siervos, los pastores, quienes son servidores de Cristo y administradores de tus misterios, los Sacramentos. En el nombre de Jesús. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Cómo te prepararías o te preparaste para recibir a un bebé?
* Medita en una ocasión en la que recibiste algo importante que no podías obtener por ti mismo.
Diaconisa Noemí Guerra
© Copyright 2025 Cristo Para Todas Las Naciones