ALIMENTO DIARIO

  • "¿Qué hacer?"


  • abril 26, 2011
  • Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Deuteronomio 6:6-7Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Deuteronomio 6:6-7


  • Scott Holtgrieve me envió un artículo de la columna Querida Abby que habla acerca de lo que un padre ateo debe decirle a su hijo cuando éste pregunta acerca de la existencia de Dios.

    Hubo varias respuestas sugeridas. Una persona dijo que los padres deberían permitir que sus hijos «prueben» diferentes religiones. Otro le dijo al padre ateo que debería apoyar a su cónyuge cristiano, demostrando así que tienen una comunicación abierta. Alguien más dijo que la fe es un asunto personal, por lo que debería ser enseñado como tal.

    En todos los casos, los ateos se mostraron dispuestos a apoyar a sus hijos sin importar lo que creyeran. Esa es la actitud que se puede esperar de una persona que «no sabe nada de Dios… o que no está seguro».

    Pero lo que más me atemorizó fueron los cristianos que tienen una actitud tan liberal, que están dispuestos a aceptar cualquier influencia que atraiga la atención de sus hijos.

    Suena bien en el papel… tan sofisticado… tan ecléctico.

    Sorprendentemente, nunca he visto a los padres ser tan abiertos en otros asuntos. Ellos no tienen tal actitud cuando sus hijos están jugando en medio del tráfico, o con armas de fuego, o medicamentos… ¿comprende?

    Ojalá que ellos también comprendan. Y no es que queramos obligarlos… o ser fastidiosos… o usar tácticas amenazantes… pero lo que sí queremos es vivir una vida que demuestre que la voluntad de Dios y el regalo de vida de su Hijo son increíblemente valiosos y eternamente importantes.

    ORACIÓN: Señor, al enviar a Jesús para ofrecerse a sí mismo como nuestro sustituto y ganar nuestra salvación, nos has dado un regalo único. Permite que podamos compartir las maravillas de su misericordia con quienes has puesto bajo nuestro cuidado. En el nombre de Jesús. Amén.

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