ALIMENTO DIARIO

  • "PRIVILEGIADOS DE COMPARTIR LA TAREA"


  • marzo 1, 2020
  • Mientras Jesús caminaba junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés, que estaban echando la red al agua, pues eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres." Ellos entonces, dejando al instante las redes, lo siguieron. Mateo 4:18-20Mientras Jesús caminaba junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés, que estaban echando la red al agua, pues eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres." Ellos entonces, dejando al instante las redes, lo siguieron. Mateo 4:18-20


  • ¿Alguna vez te has detenido a pensar en lo extraño que es el plan de Jesús?

    Él es Dios perfecto y hombre perfecto que tiene todo el poder, por lo que podría hacer cualquier cantidad de milagros. Definitivamente no necesita ninguna ayuda humana para llevar a cabo sus planes. Y, sin embargo, cuando se trata de rescatar al pueblo de Dios de la esclavitud del pecado, la muerte y el diablo, ¿qué hace? Llama a las personas a que lo ayuden.

    ¡Y eran personas comunes y corrientes! Unos eran pescadores, otro era un recaudador de impuestos y otro un revolucionario. Más tarde llamó a uno que servía las mesas, a otro que era carpintero, a uno que venía de una familia de raza mixta, a una mujer que vendía tinta color púrpura y hasta a un esclavo.

    Esas son las personas que el Señor eligió para ayudar a sacar al pueblo de Dios de la oscuridad a la luz de su salvación. Son personas como tú y como yo. Como dice Pablo: «Consideren, hermanos, su llamamiento: No muchos de ustedes son sabios, según los criterios humanos, ni son muchos los poderosos, ni muchos los nobles» (1 Corintios 1:26). Sin embargo, Dios te eligió para hacerte su hijo o hija. Ahora que has creído en Jesús, su Hijo, quien a través de su vida, muerte y resurrección te salvó de la muerte, a Dios le encantaría usarte para contar esa historia de Jesús a otros tan comunes y corrientes como tú.

    ORACIÓN: Querido Señor, muéstrame cómo puedo comenzar a compartir a Jesús con los que me rodean. En el nombre de Jesús. Amén.

    Dra. Kari Vo


    Para reflexionar:

    1. ¿Te consideras una persona común y corriente? ¿Por qué sí o por qué no?
    2. ¿Qué es lo más difícil para ti cuando se trata de compartir tu fe? ¿Qué es lo más fácil?

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