ALIMENTO DIARIO

  • "Paz y alegría en el hogar"


  • agosto 21, 2013
  • Si el Señor no edifica la casa, de nada sirve que los edificadores se esfuercen. Si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que los guardias la vigilen. De nada sirve que ustedes madruguen, y que se acuesten muy tarde, si el pan que comen es pan de sufrimiento, y el Señor da el sueño a los que él ama. Salmo 127:1-2Si el Señor no edifica la casa, de nada sirve que los edificadores se esfuercen. Si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que los guardias la vigilen. De nada sirve que ustedes madruguen, y que se acuesten muy tarde, si el pan que comen es pan de sufrimiento, y el Señor da el sueño a los que él ama. Salmo 127:1-2


  • ¿Qué te gustaría tener en tu hogar? ¿Qué has hecho para obtenerlo? ¿Trabajaste horas extras? ¿Agotaste todas las energías posibles preocupándote? Pero, pensándolo bien, ¿será que tu hogar tiene lo más importante? No se trata de un mueble o un electrodoméstico, ni tampoco de un equipo de alta fidelidad. No, nos referimos a Dios. Porque entre todo lo que podemos querer tener en nuestro hogar, Dios debe ser lo principal.

    Cuando él es el centro de nuestro hogar y de nuestra familia, podemos decir que lo tenemos todo. Aun si tenemos muy pocas cosas materiales, la presencia de Dios llena nuestro hogar de alegría, de amor, de cariño y comprensión. No está mal querer un poco de comodidad, pero eso no lo es todo. Fíjate en torno a qué, o a quién, giran tu vida y tu familia. Deja que el amor y la paz de Jesús, el Salvador, llenen todos los espacios de tu hogar.

    ORACIÓN: Señor Dios, habita en mi hogar y en mi corazón, para que en mi casa reinen la paz y la alegría. Por Cristo. Amén.

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