ALIMENTO DIARIO

  • "Para que el mundo sea salvo"


  • noviembre 16, 2011
  • Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Juan 3:17Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Juan 3:17


  • A su hermano lo habían matado en la guerra de 1950-1953. Ahora ella, en representación de su familia, había recibido la compensación por su muerte. Según lo establecido por la ley de su país, Corea del Sur, le correspondían 5.000 won (la moneda del país), que equivalen a $4.33 dólares.

    Debo aclarar que los oficiales del gobierno reconocen que esa cantidad es vergonzosa, por lo que dicen que se debe reformar la ley que rige tales circunstancias. Pero, hasta que esa ley sea propuesta, aceptada, e implementada, $4.33 dólares es lo que vale la vida de un soldado de Corea del Sur.

    Pregunto: cuando usted mira a sus hijos o nietos, ¿qué valor le da a sus vidas? Indudablemente será mucho más que $4.33 dólares. Pero, ¿cuánto más? ¿Qué precio le pondría a sus vidas? ¿Qué haría o daría para mantenerlos a salvo?

    Si se pregunta por qué hago esa pregunta, la razón es porque el Padre celestial se la hizo a sí mismo.

    Cuando vio el pecado de Adán y Eva y las generaciones de pecadores que vendrían después de ellos, Dios dijo: ‘Voy a enviar a mi Hijo al mundo… pero no para condenarlos por su desobediencia, sino para que dé su vida como rescate y ellos puedan ser salvos.’

    No conozco a nadie más que haría lo que el Señor hizo. Para ningún ser humano tiene sentido hacer morir al Inocente para salvar a los culpables, ni destruir al Perfecto para mantener a los imperfectos. No, no tiene sentido.

    Sin embargo, eso es exactamente lo que nuestro Padre celestial hizo por nosotros… y Jesús siguió su plan al pie de la letra.

    Por más que busque en los evangelios, en ninguno va a encontrar a Jesús diciendo que lo que está haciendo no es justo o correcto, o quejándose porque él tiene que sufrir en lugar de nosotros. Al contrario, la Escritura dice que Jesús se dedicó a los negocios de su Padre hasta el momento en que desde la cruz dio el grito de victoria: «Consumado es».

    Y así fue.

    ORACIÓN: Señor, te damos gracias por haber hecho lo que nosotros nunca haríamos, por enviar a tu Hijo perfecto a salvar un mundo imperfecto. Ayúdanos a recordar en todo momento su inmenso sacrificio. En su nombre te los pedimos. Amén.

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