ALIMENTO DIARIO

  • "Paciente difícil"


  • julio 2, 2024
  • La batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes! (Efesios 6:12).


  • Los familiares suelen ser los pacientes más difíciles. Cuando de pequeña iba a la clínica dental de mi mamá para que me limpiara los dientes, le agarraba la mano y no la dejaba hacer su trabajo. Ella quería protegerme del dolor que me podían causar las bacterias acumuladas en mis dientes, pero yo no entendía y no la dejaba ayudarme. No entendía que existen bacterias y microbios que no podía ver pero que me podían lastimar.

    En el primer artículo del Credo confesamos que Dios creó todas las cosas, visibles e invisibles, incluyendo a los ángeles, para su gloria y su propósito eterno. Sin embargo algunos de ellos, liderados por Satanás, se rebelaron contra Dios y ahora buscan oponerse a su voluntad y destruir su obra en la humanidad.

    En nuestras vidas cotidianas, entre el trabajo, la familia y las responsabilidades, a menudo somos pacientes difíciles y olvidamos que hay una lucha espiritual que no podemos ver. Pablo nos recuerda que nuestra batalla no es contra personas de carne y hueso, sino contra las fuerzas espirituales del mal que buscan destruir nuestra fe y nuestra relación con Dios. Estamos inmersos en un conflicto que trasciende lo físico y lo visible.

    Pero en Cristo Jesús, tenemos la victoria. Solamente tenemos que dejar de agarrarle la mano a Dios con nuestra incredulidad y dejarlo hacer su trabajo. Él quiere protegernos del dolor que nos pueden causar las fuerzas del mal. En la cruz, Cristo triunfó sobre todas las fuerzas del mal y nos otorgó el poder para resistir y vencer en esta batalla espiritual. Su sacrificio nos dio las armas espirituales necesarias para enfrentar al enemigo y vencer.

    Padre nuestro, te agradecemos por el sacrificio de Cristo en la cruz, que nos brinda redención y victoria sobre las fuerzas del mal. Concédenos la fortaleza para soltar nuestra incredulidad y permitir que hagas tu obra en nuestras vidas. Confiamos en tu poder y amor eterno para protegernos del dolor que puedan causarnos las fuerzas del mal. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿Qué significado tiene para ti el hecho de que Cristo haya triunfado sobre las fuerzas del mal, ofreciéndote no solo perdón y redención, sino también el poder para resistir las tentaciones y las artimañas del diablo en tu vida diaria?
    * Da gracias a Dios porque la muerte y resurrección de Cristo han cambiado el curso de la historia espiritual, brindándonos la esperanza de una vida eterna y la posibilidad de vencer las fuerzas del mal que nos rodean.

    Diaconisa Noemí Guerra


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