ALIMENTO DIARIO

  • "Obediencia"


  • agosto 7, 2015
  • "Más bien, pongan en práctica mis ordenanzas y cumplan con mis estatutos. Síganlos. Yo soy el Señor su Dios. Por lo tanto, obedezcan mis estatutos y mis ordenanzas. Todo el que los cumpla, vivirá por ellos. Yo soy el Señor." Levítico 18:4-5"Más bien, pongan en práctica mis ordenanzas y cumplan con mis estatutos. Síganlos. Yo soy el Señor su Dios. Por lo tanto, obedezcan mis estatutos y mis ordenanzas. Todo el que los cumpla, vivirá por ellos. Yo soy el Señor." Levítico 18:4-5


  • Escuchar es difícil; y escuchar consejos es más difícil aún.

    Emilio tenía por costumbre no prestar atención a los consejos de los demás. Ellos tenían sus vidas, y él tenía la suya. Los consejos que le daban le sonaban poco prácticos, o simplemente no se aplicaban a su vida. Esto era especialmente cierto cuando los mismos venían de personas cristianas: no quería saber nada con lo que le decían.

    Pero a veces los demás pueden darnos buenos consejos, especialmente cuando se trata de personas que nos quieren y nos aprecian, y que se toman el tiempo de escucharnos. Emilio tenía muchos problemas, pero aún así, él creía que era lo suficientemente capaz como para resolverlos por sí mismo, sin necesitar la ayuda de Dios.

    Sin embargo, estaba muy equivocado. Con el correr del tiempo, Emilio se fue metiendo cada vez en problemas mayores con su familia y sus amigos, hasta que terminó siendo arrestado por causar disturbios en la vía pública. Las cosas no iban por buen camino, y en la cárcel siguieron empeorando.

    Pero un día la situación de Emilio cambió. Gracias al Señor, y a los voluntarios de Cristo Para Todas Las Naciones que visitan las cárceles de Nicaragua, Emilio escuchó un mensaje que cambió su vida. Ese mensaje fue más que un simple buen consejo; fue un mensaje acerca de la gracia salvadora de Dios. Esos voluntarios le contaron a Emilio cómo la obediencia de Jesucristo para con Dios el Padre lo llevó a la cruz para pagar por los pecados de la humanidad.

    Jesús es la razón por la cual la vida de Emilio cambió. La fe en él trae esperanza; el leer la Biblia provee orientación, y la obediencia a su Palabra moldea el carácter y transforma vidas.

    Así como el libro de Levítico enumera docenas de leyes y decretos que Dios requería que los Israelitas de esos tiempos cumplieran, hoy debemos nuestra obediencia a Aquél que Dios ha enviado. La carta a los Hebreos dice: «Dios, que muchas veces y de distintas maneras habló en otros tiempos a nuestros padres por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio del Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y mediante el cual hizo el universo» (Hebreos 1:1-2).

    Jesús lo resumió todo, diciendo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:6).

    Eso es mucho más que un buen consejo; eso es gracia que salva.

    ORACIÓN: Querido Señor Jesús, gracias por sacrificarte en la cruz por cada uno de nosotros. Con tu muerte y resurrección, nos has ganado la salvación eterna. Danos fe en esa verdad, y haznos obedientes para que te sigamos hasta la eternidad. En tu nombre. Amén.

    Biografía del autor: Esta devoción fue escrita por un voluntario del Centro Ministerial de CPTLN en Nicaragua. CPTLN comparte las Buenas Nuevas de la salvación de Jesucristo en más de 50 países y seis continentes a través de 34 Centros Ministeriales. Si desea más información sobre los Centros Ministeriales, diríjase a Por el mundo en el menú, y seleccione el país que le interesa.

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