"No me sorprende"

Ellos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?" Mateo 25:44Ellos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?" Mateo 25:44

Mandy Fleming, una inglesa de 47 años, tiene su temperamento.

Hace unos años, luego de haberse separado de su esposo, Mandy fue a ver el yate de él. Grande fue su sorpresa cuando vio que le había hecho unas cuantas mejoras.

Hacerle mejoras a un yate es una buena inversión… excepto cuando uno le ha dicho a su ex esposa que no tiene dinero.

Luego de ver el yate, Mandy llamó por teléfono a su ex esposo, y le gritó. Luego regresó al yate… con un taladro. Al día siguiente, el cuidador notó que de a poco el yate se estaba hundiendo: Mandy le había hecho tres agujeros en el casco.

En definitiva, Mandy se declaró culpable de hundir el yate de su ex marido. Cuando el juez le leyó su sentencia, dijo: «Usted es una persona manipuladora, enojada, y perturbada». Como también había abierto la llave de gas para que el yate explotara, Mandy fue sentenciada a la cárcel.

Cuando escuchó el veredicto, Mandy se puso a llorar. Fue casi como si no pudiera creer que su delito fuera castigado.

Más o menos como los del texto para hoy en la descripción que hace Jesús del Día del Juicio.

Cuando Jesús regrese va a separar a los salvos de los perdidos. Los perdidos no se van a quedar callados, sino que van a sorprenderse por el veredicto y a formular su defensa… una defensa que no les servirá para nada.

La verdad es que los pecadores manipuladores, enojados, perturbados e incrédulos no se van a salvar. Es por ello que, mientras todavía hay tiempo, debemos compartir con ellos cómo Jesús vivió y murió para salvarles.

ORACIÓN: Señor Jesús, gracias por salvarme de todos mis pecados. Ayúdame a compartir el regalo de la salvación con las personas que me rodean, especialmente con los pecadores manipuladores, enojados, perturbados e incrédulos que necesitan recibir tu gracia. En tu nombre. Amén.

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