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ALIMENTO DIARIO
Ustedes son de su padre el diablo, y quieren cumplir con los deseos de su padre, quien desde el principio ha sido un homicida. No se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de lo que le es propio; porque es mentiroso y padre de la mentira. Juan 8:44Ustedes son de su padre el diablo, y quieren cumplir con los deseos de su padre, quien desde el principio ha sido un homicida. No se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de lo que le es propio; porque es mentiroso y padre de la mentira. Juan 8:44
En este mundo hay muchas penas y sufrimientos. Si bien cada uno cree que sus penas son las peores, me atrevo a decir que quizás no haya dolor más profundo que el de la madre que pierde a un hijo pequeño. El paso de los años quizás puedan aliviarlo un poco, pero nunca se va del todo.
Es quizás por ello que me entristeció mucho leer la historia de dos mujeres en California que dicen necesitar dinero para enterrar a un bebé. Según parece, la policía las está buscando porque han estado pidiendo dinero a cientos de personas… dinero que, según ellas, necesitan para enterrar a un bebé.
¿Cómo lo hicieron? Una de ellas sostenía un cartel que tenía la foto de un bebé y que decía: Donaciones para el funeral. Mientras tanto, la otra mujer decía ser la madre que no tenía dinero para enterrar a su niño… un entierro que nunca habría de ocurrir, porque ese niño nunca había en realidad nacido.
Una muestra muy clara del mundo triste, lamentable y pecador en el que vivimos.
Los cristianos sabemos que, cuando Jesús murió en la cruz, lo hizo cargando sobre sí la culpa de los pecados de todo el mundo. Pero a veces nos olvidamos de lo terribles que esos pecados pueden ser. Este no es más que un ejemplo, y seguramente habrá otros que son muchísimos peores.
Incluyendo algunos suyos, y algunos míos. Cada vez que pienso en todas las cosas que he hecho mal, en las personas que he lastimado, y en las cosas que debería haber hecho pero no hice, siento dolor.
Es claro que mi dolor no es nada comparado con el de Cristo. Él fue inocente, pero pagó por todos los pecados que yo he cometido y que seguiré cometiendo. Él no fue culpable de nada, sin embargo murió para pagar por la culpa de todos nuestros pecados.
Aunque más no sea por un momento, pensemos en todos los pecados que el Señor Jesús perdonó.
ORACIÓN: Señor Jesús, tú aceptaste morir para liberarme del dolor y el castigo por mi pecado. Te ofreciste como sacrificio a cambio de mi vida. Ayúdame a recordar siempre el amor inmenso e incomprensible con que me amas. En tu nombre. Amén.
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