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ALIMENTO DIARIO
Porque él quiere que todos sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4 NTV).
En el año 2017, cuando llegó el huracán Harvey, tuve la oportunidad de ayudar en un refugio donde llegaron personas que lo habían perdido todo. Mi equipo tenía la tarea de sentarse con cada familia para ayudarles a pensar en su siguiente paso.
Me llamó la atención que la encargada del refugio servía con cariño y sin hacer preguntas, con una sonrisa cansada pero sincera. Pienso que eso es lo que Dios quiere de ti y de mí.
Este domingo es el decimoquinto domingo después de pentecostés y recordamos que el Señor es rico en Su gracia y misericordia. No quiere excluir a nadie, ni dejar a nadie fuera del refugio de Su amor, lo que nadie merece, pero todos necesitamos. Y tú no solo eres alguien que ha recibido esa misericordia… también eres parte del equipo. Eres un mayordomo del Evangelio.
Así como la encargada del refugio repartía cobijas, tú y yo estamos llamados a repartir algo más valioso: el perdón, la esperanza, la Palabra viva de Cristo. Pensemos: ¿cómo estamos usando lo que Dios nos ha confiado, especialmente su Evangelio? ¿Estamos compartiendo, sirviendo, amando… o solo acumulando lo que nadie merece, pero todos necesitan?
La buena noticia es que Jesús no espera que seas perfecto. Él es el verdadero Mayordomo fiel. Él dio Su vida por ti, sin reservas. Así como aquellas personas fueron recibidas con dignidad en el refugio, así también tú eres recibido con amor en la familia de Cristo. Y ahora, por medio de Su Palabra, del Bautismo y la Cena del Señor, te capacita para hacer lo mismo. Ahora, desde donde estás, puedes ser parte del equipo que abre las puertas del refugio con lo que nadie merece, pero todos necesitan.
Padre nuestro, gracias porque, aunque no lo merecíamos, enviaste a Jesús a darnos perdón, refugio y vida eterna. En el nombre de Jesús. Amén.
Para reflexionar:
* Si estuvieras a cargo de un refugio, ¿qué sería lo primero que harías para que la gente se sintiera bienvenida y cuidada?
* ¿Qué bendiciones te ha dado Dios que podrías usar para servir a otros con humildad y alegría?
Diaconisa Noemí Guerra
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