"La vida de su hijo"

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16

En los últimos meses varias veces he escuchado hablar acerca de TRILLONES de dólares.

Pero aún así, cuando me enteré que en la India se encontró un templo con tesoros que valen más de once mil millones de dólares, no supe qué pensar.

Aparentemente, en ese templo del siglo 16 se han encontrado recámaras con estatuas de oro, diamantes y otras piedras preciosas. Ya se han excavado cinco de las seis recámaras… y cuando una cuadrilla estaba comenzando a abrir la sexta, les ordenaron que se detuviera.

Pero lo que los detuvo no fue la gran estatua de una cobra que vigila la puerta, sino un grupo que protestaba porque creían que su dios se iba a enojar si abrían la última recámara.

Entonces decidieron preguntar a los astrólogos qué debían hacer.

Luego de unos días, los astrólogos informaron que el templo estaba bajo el cuidado de la cobra, lo que significaba que el tesoro no debía ser tocado… y que cualquiera que abriera la recámara, sus hijos morirían picados por una cobra o por algún otro veneno.

Ahora, no tengo opinión con respecto al tesoro o a los astrólogos y sus juicios.

Pero, por otro lado, debo notar que el Dios Trino obra en forma muy diferente que esa deidad hindú. Mientras que el dios hindú quiere mantener alejadas de su tesoro a las personas, el mayor deseo de nuestro Dios es que su Tesoro sea compartido con toda la humanidad.

De más está decir que ese ‘Tesoro’ es Jesús… nuestro ‘Tesoro’.

Con Jesús como nuestro Salvador, somos más ricos que todo lo que podamos imaginar. Gracias a su sacrificio en la cruz somos perdonados, estamos en paz, y recibimos vida eterna. Hasta donde yo sé, no hay riquezas más grandes que las que recibimos a través de la sangre del Salvador crucificado y viviente.

ORACIÓN: Señor Dios, te pido que uses mis dones y talentos para compartir las riquezas del Redentor con el resto de la humanidad. En el nombre Jesús. Amén.

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